"Este año quiero disputar las tres grandes vueltas"

Ha derrotado a Tom Boonen, ¿qué valor le da a este triunfo?

Es importante vencer al campeón del mundo. Esta victoria me da confianza, pero tampoco hay que sobrevalorarla. Hoy (por ayer) gané yo, pero mañana puede que venza Boonen.

Pero usted ha ganado con claridad.

Sólo en los últimos metros. Ha sido un sprint muy difícil. Había muchas curvas en los tres kilómetros finales, ya por las calles de Córdoba. Mi equipo se ha descolocado, pero he conseguido coger la rueda de Boonen y arrancar fuerte en los 150 metros finales. He conseguido una victoria para podérsela dedicar a mi mujer, Anna Chiara, pues en Italia también era el día de San Valentín.

¿Tenía dudas sobre si podría batir a Boonen?

Nunca puedes tener la seguridad de ganar y más ante un corredor como él. Boonen venía muy fuerte de Qatar. Llevaba cinco triunfos al sprint. Mientras que yo no había podido hacer la preparación invernal que planeé. En diciembre pillé un virus y no pude entrenarme bien. Voy un poco retrasado de preparación, aunque afortunadamente en los últimos veinte días me he podido rodar bien y noto que cada día estoy un poco mejor.

¿Estará a tope para la Milán-San Remo?

Ese es mi objetivo. Ahora mismo no pienso más que en esa carrera. Mi principal objetivo del año es volver a ganar esa clásica. Todavía me falta para llegar a la mejor condición física.

Además de la Milán-San Remo, ¿qué tiene en mente para este año?

Quiero alargar mi estado de forma para disputar el Tour de Flandes y la Gante-Wevelgen. Y después pretendo disputar las tres grandes rondas, Giro, Tour y Vuelta.

Pero sin correrlas las tres de principio a fin, se supone, ¿no?

Claro. Hacer las tres semanas en las tres es demasiado. No sé, vamos a ir viendo cómo suceden las cosas. El Giro es muy duro en la última semana y quizá no lo haga entero. Mi ilusión sería correr las tres y lograr al menos una victoria de etapa en cada una de ellas.

Ya lo hizo en 2003.

Sí y fue bonito. Hay que entender que no tengo nada que hacer en la montaña. No tiene sentido pegarse la paliza.