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Juegos Olímpicos | Turín'06

Ritmo, velocidad y pasión para abrir los XX Juegos Olímpicos de invierno

Stefania Belmondo, ganadora de diez medallas en cinco citas olímpicas, fue la encargada de encender el pebetero olímpico, el más alto de la historia.

<b>COLOR</b> Así lucía el Estadio Olímpico en la Ceremonia de Inaguración de los XX Juegos Olímpicos.
Reuters

Ritmo, velocidad y pasión fueron los ingredientes en los que se basó la Ceremonia de Apertura de los Juegos de Turín''06 en el Estadio Olímpico de la capital piamontesa y que hoy, viernes, ha servido para abrir la puerta a la vigésima edición de la cita olímpica invernal, declarada inaugurada por el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi.

La Ceremonia, celebrada ante una veintena de jefes de Estado, consistió en un espectáculo de algo más de dos horas y media de duración que ha apostado por un gran impacto visual para mostrar al mundo la tradición italiana y el dinamismo actual de Turín, del Piamonte y del país.

El estilo y la creatividad italiana quedaron reflejados mediante grandes coreografías de masas y notables juegos de luces en una ceremonia que abrió el ex gimnasta Yuri Cecchi con un golpe de martillo sobre un enorme yunque.

Uno de los más brillantes momentos fue la formación de la figura de un saltador de esquí nórdico y la descripción mediante el movimiento milimétrico de los voluntarios, de todo el proceso de preparación, lanzamiento, despegue y aterrizaje del atleta imaginario.

Y en el otro fondo surgieron cinco grandes estructuras circulares que al girar sobre un eje se transformaron súbitamente en los aros que forman el universal símbolo del Movimiento Olímpico y que abrió el desfile de los atletas.

El famoso estilista Giorgio Armani fue el encargado de dirigir y crear la puesta en escena del acto de la llegada de la bandera italiana, que entró en el Estadio Olímpico portada por la modelo italiana Carla Bruni. A continuación, y en el momento del izado, la niña Eleonora Benetti interpretó el himno nacional italiano.

Rojo pasión

Uno de los momentos más novedosos corrió a cargo del grupo "Sparks of Passion" ("Centellas de Pasión"), con jóvenes elegidos entre jugadores de hockey hielo y deportistas de patinaje de velocidad que se convirtieron en varios momentos de la ceremonia en auténticas "antorchas humanas": con patines en los pies y un especial casco en la cabeza que llevaba una llama encendida.

Estos patinadores se encargaron de unir los elementos de que constaba la ceremonia a un ritmo vertiginoso, ya que viajaron a una velocidad cercana a los 70 kms/h.

Otro momento destacado de la Ceremonia fue un paseo por la historia de Italia, desde el Renacimiento al Barroco, que dio paso a una visión onírica del futuro.

También cobró protagonismo la irrupción de un monoplaza Ferrari de Fórmula Uno, decorado con los símbolos olímpicos y una bandera italiana en el morro. Un grupo de mecánicos simuló una parada en ''boxes'' y a continuación el italiano Luca Badoer, piloto probador de la escudería, se encargó de ofrecer una exhibición de control de la máquina en medio del estadio.

Tras ello llegó el turno de los discursos de Valentino Castellani, presidente del comité organizador (TOROC), y del belga Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), que precedieron a la proclamación del comienzo de los Juegos, que leyó el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi.

La bandera olímpica accedió al estadio olímpico portada por la actriz italiana Sofía Loren, la escritora y periodista chilena Isabel Allende, la ex atleta marroquí Nawal El Moutawakel, la actriz estadounidense Susan Sarandon, la naturalista keniana Wangari Maathai, premio Nobel de la Paz en 2004; la ex esquiadora de fondo italiana Manuela di Centa, la atleta mozambiqueña Maria Mutola y la activista en defensa de los derechos humanos camboyana Somaly Mam.

Eterna presencia de la PAZ

La formación de una paloma de la paz con los cuerpos de varios actores suspendidos mediante cables y que desarrollaron una brillante coreografía sobre un gran telón blanco situado en uno de los fondos del ''Comunale'', fue otro de los detalles más aplaudidos de la velada.

Yoko Ono, viuda de John Lennon, leyó un mensaje por la paz que dio paso a la interpretación por parte del cantante Peter Gabriel de la canción "Imagine", una de las obras del líder del legendario grupo británico The Beatles.

El secreto mejor guardado era conocer el nombre del último portador de la llama olímpica... Y el honor recayó en la ex esquiadora de fondo Stefania Belmondo, ganadora de diez medallas en cinco citas olímpicas, y que ''se impuso'' en el pulso final al ex esquiador alpino Alberto Tomba. Belmondo encendió el más alto pebetero de la historia olímpica (57 metros y diseñado por Pininfarina).

El acto lo cerró Luciano Pavarotti, que interpretó "Nessun Dorma" (''que nadie duerma''), la pieza más conocida de la ópera ''Turandot'', de Giacomo Puccini. El tenor estuvo acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional de la RAI (radiotelevisión pública italiana).