España también tiene su Huracán, Navascués

That's the story of the Hurricane cantó Bob Dylan en 1976. Se lo dedicó a Rubin Carter, el hombre al que hizo famoso Denzel Washington con su película. La historia de Huracán Carter, que pudo ganar el título mundial de los medios en 1966 si no hubiese sido acusado, injustamente, de asesinar a tres personas en un bar de New Jersey. Por ello pasó 20 años en prisión hasta que se demostró su inocencia. Antes de ver otra vez la luz, le dio tiempo a escribir The sixteen round, una amarga autobiografía. Pero esta es la historia de otro Huracán: Pablo Navascués. Un boxeador del madrileño barrio de Chamberí que esta noche optará a un campeonato intercontinental superwelter (69,853 kg) de la Federación Mundial de Boxeo contra el danés Christian Blad (ex Campeón de Europa, 29-5-1, 7 KO's). A Navascués no le ofrecerá una canción Dylan, pero podría componérsela Sabina.

Indicente.

"Me dedicaba a las puertas (vigilante de discotecas) hace años y opté por cambiar de vida, pero siempre sigues siendo un portero de discotecas. Un día, estábamos celebrando en una sala el cumpleaños de mi mujer y una persona me reconoció como autor de un delito (una pelea con heridos). Estuve en la cárcel durante dos meses hasta que la misma persona se desdijo en un segundo reconocimiento. Permanecí dos meses como preso preventivo sin saber si iba a salir o no. Como mi manera de pelear es muy agresiva y soy un pegador nato, mis preparadores me apodaron Huracán por la manera de boxear... y también por lo que me pasó".

Es el relato en primera persona de Pablo Navascués, que vivió esa experiencia como "un entrenamiento más, un entrenamiento de la vida". Un ensayo inesperado que, afortunadamente, no le ha dejado marcas. "Estoy acostumbrado a sufrir cinco horas en el gimnasio cada día, y eso me endureció psicológicamente. Aún así el juicio está pendiente desde hace cinco años y me defenderé como si fuera un combate más. No cometí ese delito", advierte el pegador dirigido por José Valenciano.

Dedicación.

Aunque esa parcela de su vida pudiera estigmatizarle, no ha sido así. Hoy Pablo es Campeón de España, directivo de una empresa de hostelería, director técnico del gimnasio Barceló y padre ilusionado. "Me levanto a las 7:30 y corro una hora. Luego voy a la oficina. De una a tres, gimnasio. Vuelta al trabajo donde como y, a las ocho, otra vez a entrenarme hasta las diez de la noche". Es la rutina de alguien con una meta: ser Campeón de Europa para luego colgar los guantes.

"El combate contra Blad es el último escalón hacia mi objetivo. Si gano hoy, quiero hacer el Europeo cuanto antes, ganarlo y retirarme en campeón", anuncia este púgil con 21 combates profesionales (20 victorias con 15 KO's y una lejana derrota en el 2000). Sólo una cosa le haría replantearse su retirada: "Que me ofrecieran hacer una pelea en Las Vegas, con quien sea. Si no, no tendría inconveniente en ayudar a otros púgiles, Castillejo mismo, como sparring".

Navascués, orgulloso de su deporte, vive ahora con satisfacción el resurgir del boxeo en España, "que ha estado en la UCI mucho tiempo y ahora por fin le han bajado a planta y está resucitando". Aún así, los llamados profesionales no pueden dedicarse sólo a hacer guantes sobre el ring. "Vivir de esto, sólo vive Castillejo. La imagen del boxeo está mediatizada porque algunos de los últimos boxeadores que hemos tenido, por desgracia, no han tenido muy buena fama. Pero no por el boxeo en sí, sino porque ellos ya eran así. Mi único vicio es la cerveza, estar con la familia y leer". Huracán volverá a bufar esta noche. En Alcobendas. Y esta fue su historia.

Theran y Rafa Lozano, otros atractivos

Hoy, (21:00 h., Pabellón B de Alcobendas) habrá más atractivos. El colombiano Franklin Theran disputará el intercontinental del supergallo a Jersin Jailaouv. Balita Lozano, que apunta al Mundial, pelea con Carvalho.