"Esta plata no cambiará mi decisión de retirarme"

¿Qué sabor tiene esta medalla?

Me sabe a oro. Soy feliz con la medalla de plata, pues antes de empezar no tenía la seguridad ni siquiera de que iba a poder subir al podio. Era un circuito que no me convenía en absoluto. Le faltaba dureza, había que arrastrar demasiado desarrollo y una segunda parte en descenso que, con mi poco peso, no era lo más idóneo para mí.

Ha sido en la bajada donde ha perdido el oro, ¿no?

Sí. La verdad es que no he podido arriesgar. Mi caída en la crono del Mundial de Lisboa me ha marcado mucho. Me vi en el suelo, sin posibilidades, y no quería que me volviera a pasar otra vez.

¿Esta medalla le puede hacer cambiar su decisión de retirarse?

No. Mi marido me anima a seguir y físicamente me encuentro bien a mis 33 años. He quedado segunda en los dos objetivos que me marqué este año, el Giro y esta prueba del Mundial. Pero mi cabeza pide dejarlo. Son muchos años de sacrificio y de presión. Y cada temporada me encuentro con que el nivel es más alto, más competitivo. Los dos últimos años han sido muy duros psicológicamente, porque he tenido molestias de espalda que incluso me han impedido entrenar todo lo fuerte que me hubiera gustado.

Le queda la prueba de fondo, el sábado. ¿Se ve con posibilidades de lograr otra medalla?

Será mucho más difícil que en la crono. No es un trazado muy selectivo y habrá varias selecciones que controlarán la carrera para buscar el sprint. Mis bazas me las tendré que jugar al ataque.

¿Le ha quedado algún objetivo por cumplir en su carrera profesional?

El haber conseguido una medalla en unos Juegos Olímpicos. Esa es la única espinita que se me ha quedado clavada de verdad. Pero soy feliz, porque he podido ver cumplidos el resto de mis sueños. Y me quedo con ello, con todos los éxitos que he logrado durante mi carrera deportiva.

Va a dejar un hueco muy grande en el ciclismo femenino español.

El listón va a quedar un poco alto, pero creo que no se deben hacer comparaciones con las chicas que vengan detrás de mí. Hay que darles confianza y tiempo. Yo no empecé a ganar hasta los 27 años y para conseguirlo tuve que marcharme a Italia, donde aprendí la profesión. Ahora tenemos la suerte de que hay un equipo español, el Bizkaia, en el que las chicas pueden competir en el extranjero y progresar. Pero aunque el ciclismo femenino ha mejorado mucho en España en relación a cuando yo empecé, todavía queda mucho camino para igualar a otras naciones. Hace falta el apoyo de patrocinadores e instituciones públicas.