"Ya tengo la foto que me faltaba ganando a Petacchi"

¿Qué significa para usted esta victoria?

Una liberación. Esta temporada está siendo la más difícil de las nueve que llevo de profesional. Contraje una mononucleosis y tuve que estar parado unos cincuenta días. Por eso, ganar esta etapa me ha sabido mejor que si fuera una clásica. Y además, tenía ganas de dedicársela al pequeño Mateo (hijo del seleccionador italiano Franco Ballerini, que sufrió una delicada operación de la que salió bien).

¿Conocía el final?

No, pero en la salida muchos corredores me lo han contado y me han dicho que era bueno para mí. Y tenían razón.

¿Sabía que éste era el final que tenía previsto la candidatura al Mundial de Valladolid que perdió ante la de Madrid?

Habría estado muy bien, pero Madrid también me puede favorecer. La recta final no es llana, sino con una pendiente del dos por ciento en los últimos seiscientos metros. El sprint se hará duro.

¿Qué importancia le da el haber batido Petacchi?

Era la foto que me faltaba. Tengo ya imágenes de sprints ganando a Cipollini, Freire, Zabel... Petacchi está en gran forma y ha entendido rápidamente el sprint. Se quedó sin compañeros y me buscó esperando que yo me lanzara. La recta era muy empinada para él, pero casi me remonta.

¿Es Petacchi el líder único de Italia o también cuenta usted?

Si la carrera acaba al sprint, el equipo debe estar en torno a Petacchi, que por eso es el mejor velocista mundial. Pero la selección italiana tiene la suficiente entidad para no jugárselo todo a una baza. El año pasado era yo el líder en Verona, fallé y hubo otros corredores, como Basso y Cunego, que tomaron el relevo.