Ciclismo | Vuelta a España
Los Lagos se presentan como el juez de la Vuelta
Saiz: "Heras buscará ganar tiempo y recuperar el liderato".
Hasta que llegó el Angliru, la subida a los Lagos de Covadonga fue para la Vuelta a España como Alpe d'Huez para el Tour, la etapa más espectacular. Será la decimoquinta vez que se ascienda el coloso asturiano, 14,3 kilómetros por una carretera estrecha y un asfalto que se agarra a las ruedas por culpa de sus empinadas rampas. Volverá a ser un espectáculo, como lo fue en 1983, cuando se subió por primera vez y ganó Marino Lejarreta, o como hace cuatro años, última aparición en la Vuelta, cuando ganó Juanmi Mercado.
Y esta vez se juega la Vuelta. Es la etapa decisiva, la más probable para que falle Menchov, quizá la única viendo lo bien que se ha defendido en los Pirineos. Era la etapa que esperaba Heras para dar la vuelta a la tortilla. "En teoría hoy tiene que andar mejor que en la etapa de ayer", decía esperanzado Manolo Saiz. "Intentaremos organizarnos bien para procurar que Heras gane tiempo y coja el liderato. Todo dependerá de cómo responda a sus molestias".
Quizá Menchov esté pensando que la ocasión es para él, dadas las circunstancias. Pero el ruso, como los grandes maestros de ajedrez de su país, no deja traslucir sus ideas. "No es un puerto para atacar. Lo importante para mí será mantenerme a la altura de Heras. Ojalá pueda conservar el liderato". Pero también se le escapó: "Todos me dicen que es una ascensión idónea para Heras. Pero a mí también me gustan los puertos empinados y yo me estoy sintiendo muy fuerte".
Y Paco Mancebo a la expectativa y con la escopeta cargada: "En los Lagos nadie puede utilizar la táctica de seguir a rueda. Hay que subir con tus propias fuerzas. En sus rampas se verá la verdad de cómo está cada uno. Aquí no pasará como en Arcalís y Cerler, en los Lagos sí habrá distancia entre los favoritos. Espero no ser yo el que la pierda".
La etapa tiene cuatro puertos más de segunda (tres) y tercera (uno) categorías. Un trazado rompepiernas que servirá para que los cazadores de etapa organicen sus grupos de ataque. Casi nunca han triunfado esas escapadas en esta etapa. Por mucha ventaja que sacaran, todos morían en la ascensión. Una excepción fue en 1994, cuando ganó Jalabert y el francés se convenció de que también podría ser escalador. Al año siguiente ganó la Vuelta.
En Asturias la expectación es máxima, mucho más tras el triunfo de Samuel Sánchez, informa Nacho Albarrán. La subida a los Lagos estará repleta de aficionados. Incluso ayer ya durmió gente en sus rampas. Entre ese público habrá un centenar de personas de la Peña Santi Pérez, segundo en la Vuelta 2004 y actualmente sancionado por dopaje, que se manifestarán a favor del de Grado.