En memoria de Amparo González

Samuel Sánchez González (Oviedo, 5-2-1978) llevaba cinco años esperando este momento: "Este triunfo se lo dedico a mi madre". Amparo lo era todo para él. Su padre les abandonó cuando él tenía un año y ella trabajó muy duro para sacar adelante a su hijo. "Con 40 años y recién operada de un pecho, se marchó a un examen en la Facultad de Derecho", recuerda Samuel. Amparo González falleció víctima de un cáncer en 2000, justo el año en que su hijo pasaba a profesional.

No le fue fácil. Samuel llegó a practicar esquí de fondo (participó en un Campeonato de España), atletismo (cross) y fútbol (jugaba de portero en su colegio de Oviedo). Pero a los nueve años se enganchó a bici y entró en el equipo de José Manuel Fuentes 'Tarangu', del que guarda un buen recuerdo. Quería ser profesional y a los 18 años (1996) tomó una decisión crucial, fichó por el Olarra y se fue a vivir a Güeñes (Vizcaya). "En Asturias decimos que las vacas son de donde pacen y no donde nacen. Tengo el corazón dividido entre Güeñes y Oviedo. Como ciclista me he hecho en el País Vasco", dijo ayer.

Como infantil, como cadete, como juvenil y como aficionado Samuel era una bala. "Samuel siempre nos ganaba a todos", recuerda el asturiano Santi Pérez. Pero al pasar a profesional coleccionaba segundos puestos. El año pasado ganó la Escalada a Montjuïc y sus dos sectores (crono y en línea), pero Samuel buscaba un triunfo más importante para que todos recordáramos a Amparo González. "Siempre he sido un ganador, pero se me había taponado el olfato desde que soy profesional. La suerte que me faltó otras muchas veces la he encontrado con la confusión de Ardila".