Perdiguero
"Sólo trabajé un día en toda mi vida"
¿Cómo se hizo ciclista?
Lo practicaba mi hermano Antonio, que llegó hasta amateur. Y por la típica envidia, yo también quise una bici. Tenía cinco años.
¿Trabajó en otra cosa?
Sólo trabajé un día en toda mi vida. Teníamos que desmantelar una oficina, luego nos pidieron que nos quedáramos a limpiar y me fui.
Dicen que se pasó un verano siguiendo a los 'Héroes del Silencio'.
Pues sí. Fue en mi primer año de profesional en Artiach (1995). No me enviaban a casi ninguna carrera y presencié como unos veinte conciertos. Llegué a subir alguna vez al escenario con un globo del mundo para que Enrique Bunbury le diera una patada.
Tiene fama de ser el más metrosexual del pelotón.
Ese es Pereiro. Yo soy el que más pasa de todo.
¿Aprendió de Cipollini a cuidar su imagen?
De Mario, que es un monstruo, aprendí que las estrellas somos los ciclistas.
¿Cree que se vende bien?
Al revés. Mi forma de ser está muy mal vista por algunos directores, ciertos periodistas e incluso por esos corredores que están enfermos con el ciclismo. Pero yo creo que la gente sí me quiere.