Ciclismo | Vuelta a España
Un recorrido equilibrado para un corredor completo
Seis llegadas en alto y 93,9 km de contrarreloj
Variado y equilibrado. Así es el recorrido de esta Vuelta que se pondrá en marcha el sábado en Granada. Los organizadores han marcado unas pautas con la intención de que la carrera sea rica en alternancias. Pero el guión lo escribirán los corredores y ya se sabe que el espectáculo depende de que surja un dominador que aburra a sus rivales (y a los espectadores) o una igualdad que enganche.
En principio no se ve a nadie de la talla de Armstrong. Ya es una garantía. Pero lo que está claro es que el vencedor de esta Vuelta tiene que ser un campeón sin fisuras, que se desenvuelva bien en la montaña y la crono y que no tenga despistes en las etapas llanas. Es lo que pide este trazado que reúne seis llegadas en alto y tres contrarrelojs que suman 93,9 km. Ocasiones para todos, pero esta vez no vale ser un gran especialista en el crono (o en la montaña) si cojeas en la otra especialidad.
Lagos de Covadonga, Arcalís, Cerler, Pajares, Valdelinares y La Bien Aparecida son, por orden de dificultad, las seis llegadas en alto que propone la Vuelta. Casi todas concentradas en la segunda semana de carrera y con dos momentos cumbres, en los Pirineos, con Arcalís y Cerler (10 y 11ª etapas) en el ecuador de la carrera, y en Asturias, con Lagos y Pajares (14ª y 15ª etapas). Tras ambas tacadas de esfuerzo máximo habrá sendos días de descanso.
Las otras dos metas de montaña (Valdelinares y la Bien Aparecida) no son tan exigentes. Tendrán más valor como golpe moral que como renta en la general.
Los especialistas en el cronómetro tendrán esta vez más terreno para contrarrestar, más kilómetros en total y no habrá cronoescalada. Aunque los 7 km que abren la prueba en Granada y los 48 km de Lloret no son totalmente llanos, como ocurre en la última crono de Alcalá, sobre 38,9 km.
Tres fases.
En la primera semana el peligro lo pondrá el viento en las etapas de La Mancha. Los abanicos pueden provocar que algún favorito se quede sin margen de reacción.
La segunda semana es de montaña, como quedó dicho. Y en la tercera hay dos etapas peliagudas, las de la Sierra de Madrid y de Gredos (17ª y 18ª etapas) que pueden provocar vuelcos si la situación no está todavía bien definida.