Un golpe mágico le da el PGA al zurdo Mickelson

Phil Mickelson ya tiene un US PGA para añadir a su Masters de Augusta de 2004. Esta es la colección de este portentoso zurdo de ojos claros que debería tener algunos más, por juego y atracción hacia el público. Pero su cabeza le ha fallado muchas veces, casi tanto como las gotas de calidad que le permitieron hacer un birdie en el hoyo 18 de la vuelta de ayer. Mickelson debió pasarse toda la noche pensando qué debía hacer, que por qué había tenido que ponerse a diluviar en el peor momento. El PGA debía decidirse en lunes por primera vez en 19 años.

Le quedaba cinco hoyos y su cuesta abajo, también la de Bjorn y Love III, dejaba el peor panorama posible: ¡Que viene Tiger! (como Robinho). El -6 del arranque estaba ya olvidado, y parecía que el -2 con el que Woods esperaba en la casa club de Baltusrol valdría para salir al desempate. Y decir playoff es como darle a Tiger la copa y el cheque antes de llegar al tee.

El bogey del zurdo en el 16 abría ya de par en par la puerta de la remontada de Woods. Sin embargo, el que aguantó el tipo como un valiente fue Steve Elkington: tres pares para acabar con un golpe menos de Tiger. Adiós.

A Mickelson sólo le quedaba pues la opción del birdie en el 18 para evitar la muerte súbita. Pongámonos en situación: par 5, largo pero de acceso relativamente cómodo para tener posibilidad de eagle. Mickelson coge la madera 4 para tomar posesión del green de dos golpes. Como en casi todos sus errores, Phil la tiró demasiado a la derecha. ¡Zas¡ A las barbas del bunker. No veía apenas la bola y tenía todavía que lidiar con 12 metros de green. Dice que le pegó "como cuando era pequeño", sin miedo, y la dejó a medio metro del hoyo. Campeón. Final digno de Tin Cup, la película que bien podría haber sido protagonizada por este zurdo que, si no hubiera coincidido en tiempo y lugar con Woods, sería el número uno del mundo para los restos.

Así se escribe la historia de este PGA, definido por el campeón como el "mejor torneo con el putt de mi carrera". Con el arma de matar abrazó a dos de sus hijas, Amanda (6) y Sophia (4), en pleno green del 18 de Baltusrol. Mientras, al fondo los aprendices desean saber cómo se puede patear tan bien a zurdas. A practicar.

Bjorn no rompe la maldición

El danés Thomas Bjorn acabó segundo, empatado con Elkington, a sólo un golpe de Mickelson. Bjorn fue pues el mejor europeo de un torneo que está tradicionalmente destinado a los estadounidenses. El US PGA no ha sido ganado nunca por un golfista europeo. Sigue la maldición.