Phil Mickelson se gana al público y acaricia la gloria

El US PGA es el clásico Majors del desquite, el que le puede servir perfectamente a David Love III para ganar después de dos años en blanco, o a Mickelson para olvidar su peor año, o a Vijay Singh para autoconvencerse de que él también puede ser feliz en temporada alta. En esas estaban todos estos golfistas (no tanto Singh, al que los bordes de los hoyos se le resistían) y otros muchos grandes competidores: Goosen, Bjorn, Curtis, Elkington...

El speaker se desgañitó para anunciar a los dos líderes del domingo: Davis Love III y Phil Mickelson. Love partió la calle. Mickelson se fue al rough de la izquierda. Podía ser el presagio de lo que iba a suceder en el lluvioso y ventoso domingo en Baltusrol. El dúo de cabeza había empezado su vuelta con 40 minutos de retraso por culpa de las inclemencias climáticas.

Mickelson aprovechó el corto hoyo 4 para hacer birdie, mientras el ángulo de putt de Love III le obligaba a sellar un bogey, un doble error teniendo en cuenta que el hueco de tres golpes empezaba a ser preocupante. Pero a Davis (ganador en 1997) no se le veía sumido en la desesperación, porque no se siente inferior a ningún adversario, y con Mickelson siempre puedes esperar un putt fallado a dos palmos del hoyo, un hierro seis al agua... Esos desastres quedarían, desde luego, para la segunda vuelta. Ambos caminaban a toda prisa hacia ella, conscientes de que si no se espabilaban el atardecer se les iba a echar encima. Y nadie quiere acabar un Major en lunes, por mucho que sea fiesta mayor en medio mundo.

A la vez que los líderes dirimían sus primeros impactos, Tiger Woods llevaba ya un carrerón de altibajos. Dos bogeys iniciales le dejaba a 8 golpes del título. Demasiado lejos. Pero basta con un golpe de rabia para empezar a dudar, aunque sea del vecino del Primero cuando tú vives en el Ático 2ª. Embocó desde las barbas del bunker en el 7 para salvar un par milagroso, a lo que sumó un golpazo para birdie en el 8. De muerto a vivo en un plis. Woods vestía de rojo, el color del triunfo para él. Pero en esta ocasión no le iba a dar tiempo para la remontada. ¿Y qué más da? Se despedirá del Grand Slam con dos triunfos de cuatro. Olé.

Sergio García fue el mejor español (+3)

Sergio García luchó ayer mucho para conseguir su única vuelta por debajo del par, pero su poco tino con el putt se lo impidió. Al igual que el viernes, el castellonense firmó una tarjeta de 70 golpes (par), para +3 al total. Sergio iba camino de quedar entre los 30 primeros del US PGA. José María Olazábal y Miguel Ángel Jiménez acabaron por detrás del Sergio. Chema repitió su resultado del sábado, mientras que Jiménez hizo birdie al 18 para ganarle de uno.