Juegos del Mediterráneo Almería 2005 | Atletismo
El broche de oro, para Ruth Beitia y los relevos
El deporte que más medallas ha dado. Los dos 4x400 superaron a Francia en la final
Con nueve medallas de oro, once de plata y seis de bronce, para un total de 26 preseas, el atletismo cerró ayer su compromiso mediterráneo como el deporte que mejor botín ha aportado al deporte español a falta de una jornada para la conclusión de estos Juegos del Mare Nostrum. Hubo que esperar al final de la última jornada en el Estadio de los Juegos Mediterráneos para que nuestros atletas pusiesen el auténtico broche de oro, un mes antes de que se citen en el Mundial de Helsinki, donde los podios serán muchísimo más caros y celebrados. Fueron los dos relevos largos (4x400 metros) los que hicieron llegar al clímax a los numerosos aficionados que, por fin, casi llenaron la joya de la corona almeriense. El día no había empezado con buenas señales, ya que en la media maratón sólo José Manuel Martínez había conseguido hacer bronce. Luego, ya en el estadio, Nuria Fernández hizo su mejor marca de la temporada en 1.500 m (4.11.20) para emularle.
No fue hasta el salto de altura que cayó, al fin, el primer oro en el zurrón. Ruth Beitia lo consiguió con su mejor salto del año (1.95) derrotando por intentos a la francesa Melanie Skotnik y a Marta Mendía (1.89). Se esperaba que Manuel Martínez emulara a Beitia en el lanzamiento de peso, pero el leonés no consiguió llegar a los 20 metros y eso le condenó a la plata (19.97), a 29 centímetros del croata Elkasevic. Otra posibilidad de medalla se desvanecía a continuación en unos 5.000 m en los que, como en el medio maratón, se impusieron los lebreles del Magreb, argelinos y marroquíes. Roberto García estuvo en el último paquete para las medallas, pero los últimos 200 metros fueron demasiado rápidos para él. Total que quedaban los dos relevos y Francia aparecía en el horizonte como la favorita para ambos triunfos. Sin embargo, primero las chicas (Alba, Recio, Olivero y Martínez) y luego los chicos (Canal, Testa, Barrios y Reina) fueron capaces de superar a los cuartetos galos en dos carreras inolvidables que levantaron al público de sus asientos y llenaron de banderas españolas las gradas.