Jesús Gámez conduce a España hasta la final

A trompicones, sin demasiado brillo pero con un trabajo profesional, la Selección de Santisteban, que ha recuperado el color después de la vergüenza que pasó ante Italia, se ha metido en la final de los Juegos del Mediterráneo. Este equipo de parche, un combinado heterogéneo e improvisado, ha demostrado tener poco fútbol, pero ganas de vencer. Viendo el panorama, es su obligación. En la final se enfrentarán a Turquía. Ayer le tocó el turno a Libia, el país de la familia Gadafi, en la política, en el ejército y en el fútbol. Un territorio sin ninguna tradición de fútbol y sin noticias hasta que el Saadi Gadafi llegó a Perugia (ahora dicen que lo ha fichado el Udinese).

España aprovechó para ganar y sestear en un partido que puso en el escaparate a Jesús Gámez, un chico que no jugaba en el Málaga B hace siete meses y al que Bakero ha dado confianza. Ayer, jugando de interior derecho marcó los dos primeros goles y fue el mejor de España, que acabó haciéndole una manita a Libia.

Turquía venció a Marruecos

España jugará la final ante Turquía mañana por la tarde en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo, que albergará el último gran evento de la competición. Después del partido, ya sólo quedará la ceremonia de clausura. Está por saber cómo afectará el cambio de sede a ambas selecciones, que han venido jugando en Roquetas y El Ejido. En el estadio Antonio Peroles, los otomanos se deshicieron de Marruecos en un ambiente hostil. Unos 4.000 alauíes, como en cada partido que ha jugado la selección norteafricana en los Juegos, apoyó hasta morir a los suyos. Sin embargo, no fue suficiente y no podrá disputar la final. Sí lo hará Turquía, un rival muy duro para España.