"Si soy golfista es gracias a Severiano Ballesteros"

A los 24 años y ya sabe lo que es ganar un torneo del circuito europeo... Suena bien, ¿eh?

Mucho. Me costó dormir, pero ahora ya estoy más tranquilo. Sé que el domingo hice algo grande e inesperado.

Y es que en septiembre era usted amateur todavía...

No me lo podría ni imaginar hace un añito. Ahí estaba, estudiando mi carrera... Ganar no entraba en mi lista de objetivos. Sólo quería mantener la tarjeta del circuito europeo, sólo eso, y me encuentro que, de un día para otro, consigo dos años de exención. Además tengo el colchón de mis patrocinadores, que me han dado todo su apoyo desde el principio de la temporada. No di el salto con la preocupación de los euros.

Así que Gonzalo no se hizo golfista por necesidad...

Ya no hay de esos. Yo estudié mi carrera de Administración y Dirección de Empresas y luego decidí probar con el profesionalismo.

Pues Severiano Ballesteros, su ídolo, nació para eso.

Era caddy, como Piñero, Cañizares, Rivero, Martín, Luna... Son gente que mamaron el golf desde la infancia. Crecieron en un campo de golf... Ahora se lleva más el golf amateur en el que vas caminando sin esa presión, esa obligación que había antes por ser golfista o golfista. Yo hago lo que me gusta.

Bromeamos, pero seguro que se hizo profesional para no aguantar los partidos del domingo con sus amigos. Siendo handicap +5 (o -5 según se mire) era difícil ganarles, ¿no?

Complicado, sí. Tenía que darle muchos puntos, su handicap más cinco golpes de propina.

Ya, pero ahora juega por dinero. ¿Qué tal se lleva eso?

Pues bien. Cuando voy a tirar un putt no pienso que si vale mil euros o dos mil. Tú juegas, acabas el torneo y dices "mira, qué buen cheque me he llevado... Pero podría haberlo doblado". Se trata de ir golpe a golpe.

Y si no le va bien, pues se mete a empresario...

Pues quizá. No descarto dejarlo dentro de dos años si veo que las cosas no me van bien. Tener el colchón de un título universitario es imprescindible. Pero hoy por hoy no cambio mi vida por nada.

Ha ido a ganar la misma semana en la que vuelve a triunfar Sergio García, que es el más famoso de su quinta.

Me alegro mucho por él. Es un golfista superior, con un talento innato para este deporte. Es normal que sea más "famoso". Todos hemos crecido eclipsados por su calidad. Está entre los diez mejores jugadores del mundo, y yo puede que esté entre los 200. Así que usted dirá.

¿A Sergio qué le falta para ganar un grande? ¿Y a usted?

Pues una pizca de fortuna. No se preocupe, ganará varios. A mí me queda seguir absorbiendo como una esponja, aprendiendo día a día y con cuidado. Espero que el éxito no me haya llegado demasiado pronto.

Esa palabra, éxito, estaba reservada hace no mucho tiempo a Seve Ballesteros, su ídolo.

Me ha llamado para felicitarme, y me ha dicho que su primer torneo también fue el Abierto de Holanda. Ya tenemos algo en común. Si juego al golf es gracias a él.

¿Se le acabó la mecha?

Me ha dicho que está entrenando. Estoy convencido que volverá a hacer de las suyas, a ganar. Tiene años por delante.