Tiger toma Augusta con siete birdies seguidos

El golf mundial se preparaba anoche para volver a arrodillarse ante el jugador más talentoso, divino y galáctico de los últimos años, puede que de toda la historia. Tiger Woods ha vuelto, y lo ha hecho para romper todas las estadísticas del Masters. Al cierre de esta edición, Tiger caminaba por los primeros hoyos de su última vuelta con la certeza de que si no hacía el loco se vestiría en la noche de Georgia su cuarta chaqueta verde. Tiger forzó ese colchón de tres-cuatro golpes con Chris DiMarco con una tercera jornada excepcional, partida por la noche del sábado. Woods despidió el sábado con birdies en el 7, 8 y 9, para volver en la mañana de ayer con otros birdies en el 10, 11, 12 y 13. Fue una exhibición perfecta, un récord que jamás nadie había logrado en Augusta. Sólo los bogeys del 14 y 15 empañaron una vuelta de 65 golpes.

Pero la fuerza de los 65 golpes de Tiger es casi más por lo que provoca en los demás que por los estragos matemáticos. A medida que Tiger iba cargando con birdies su tarjeta, DiMarco se hartaba de desastres en la mañana del domingo. Hizo 41 golpes por los nueve segundos hoyos de la tercera vuelta, lo que representa un +5 en 9 hoyos: de cazador a cazado. El liderato de Woods le daba pues más argumentos a la idea de que conseguirá su cuarta chaqueta. Cada vez que ha salido primero en la ronda decisiva se ha llevado el título (1997, 2001, 2002).

Duelo.

El mano a mano entre los dos protagonistas estaba servido, visto que ni los zurdos Mickelson y Weir, ni el danés Bjorn se animaban lo suficiente. El líder eligió para su festín el rojo pasión de Nike y una gorra negra que le cubría su incipiente calva. El transcurso de los primeros hoyos no hacía más que darle cuaje a la famosa teoría. DiMarco, bien, con par al uno y birdie al dos... Pero Woods como un cañón, con dos birdies de arranque para alejarse a -13, por el -9 de su rival. El sol de Atlanta dejaba las cosas más que claras para una madrugada en España teñida de muchas esperanzas futbolísticas, anhelos como los que tienen los casi 300.000 golfistas federados que hay en España. ¿Cómo se puede jugar como él? Se trata de tener una dedicación absoluta desde los tres (¡!) años o como dice DiMarco: "Empezar a hacer hoyos en uno a los diez años".

Eagle televisivo para Jiménez

Miguel Ángel Jiménez tuvo que esperar al domingo para firmar una tarjeta que no estuviera por encima del par. El malagueño cumplió con el par (72) en los 18 hoyos finales, con momentos especiales incluidos. Jiménez fue protagonista de la retransmisión de televisión por el magnífico putt que embocó en el hoyo 15. El famoso para 5 del lago frontal no fue obstáculo para el Pisha. Metió la bola en green en dos golpes y luego embocó un putt desde unos 15 metros para sellar un eagle de lujo. Jiménez rondaba la posición 30ª cuando todavía faltaban muchos jugadores por terminar.