Tiger Woods se acerca a su cuarta chaqueta verde

Tiger Woods volvió a confirmar su condición como uno de los mejores jugadores del mundo y tomó el mando en el Masters de Augusta, primer 'grande' del año, gracias a su juego y a los fallos de su compatriota Chris DiMarco.

El ex número uno del mundo, que ahora acaricia quitar el privilegiado puesto a Vijay Singh, partía con seis golpes de diferencia respecto a la cabeza, pero en la tercera jornada bordó su golf (-7) y se puso en cabeza de cara al último día.

Ni la lluvia ni el parón por falta de luz pudieron frenar la ascensión del Tigre, que camina firme hacia su cuarta chaqueta verde, tras sus tres anteriores éxitos (1997, 2001 y 2002). El estadounidense firmó una jornada espectacular. Entregó una tarjeta de 67 golpes, siete bajo el par, merced a sus nueve 'birdies', siete de ellos consecutivos (del 7 al 13) y con el 'Amen Corner' de por medio.

De todos modos, demostró ser humano y dos 'bogeys' consecutivos en el 14 y 15, dieron vida al torneo. Además, Woods se aprovechó del mal día de DiMarco. El hasta entonces líder empezó a sentir la presión de su rival y realizó 74 golpes (+2). Se había mostrado regular en las jornadas anteriores y así lo dejó claro en los primeros nueve hoyos donde firmó tres 'birdies'. A partir de ahí, se vino abajo. Un 'doble-bogey' en el diez le afectó y ya no remontó su golf entregando tres 'bogeys' más que le dejan a tres impactos de Woods.

Por detrás, aún mantiene opciones el danés Thomas Bjorn, que hizo 71 (-1) y está a seis golpes de Tiger Woods, mientras que el sudafricano Trevor Immelman y el defensor del título, Phil Mickelson, se encuentran a siete.

Miguel Angel Jiménez no pudo iniciar su remontada y firmó una discreta tarjeta de 73 golpes, uno por encima del par. El jugador malagueño inició bien la jornada y con dos 'birdies' logró jugar por debajo del par. Sin embargo, no pudo continuar su remontada y con cuatro 'bogeys' más se quedó con un total de cinco por encima del par.