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Ciclismo | Milan-San Remo

Óscar Freire no pudo esta vez con Petacchi

Valverde atacó en el Poggio, pero fue cazado a 2 kilómetros

<b>QUINTO EN LA MILÁN-SAN REMO. </b>Óscar Freire, a la izquierda de la imagen con el maillot del UCI Pro Tour, fue superado al sprint por Alessandro Petacchi y por otros tres rivales.
reuters

Tras pasar la meta, Óscar Freire trataba de poner buena cara. "No siempre sale bien un sprint. Yo también sé perder", decía. Pero se le notaba desencantado. "Me da rabia, porque me veía muy fuerte y se me escapó una gran ocasión". Alessandro Petacchi jugó mejor sus bazas y se llevó la Milán-San Remo. El italiano dependía más de sí mismo y de sus compañeros. Freire tenía que sorprenderle. Pero no supo o no le dejaron.

Tal como quería, Freire afrontó la última recta a rueda de Petacchi. "Si hubiera sido un sprint lanzado, como otros años, le habría seguido sin problemas. Pero se frenaron y entre Boonen y un Gerolsteiner me sacaron del sitio. Luego ya fue imposible remontar", explicó el tricampeón mundial. Es la gloria y la miseria de la Milán-San Remo. Más de siete horas de carrera, 294 kilómetrospedaleando, para jugárselo todo en los últimos 700 metros, a 70 km/h y con la adrenalina escapándose por los poros.

Puro contraste: las primeras cinco horas se cubrieron al trote (39 km/h). En ellas, cinco hombres aprovecharon para tomar una ventaja de 16 minutos y medio: el vasco Isasi, Casper, Santanbrogio, Righi y Simeoni, el ciclista más odiado por Lance Armstrong porque declaró contra el doctor Ferrari.

Vino luego una hora y media de aceleración progresiva, hasta cazar a los fugados. Esta clásica tiene un trazado muy aburrido si lo comparamos con la París-Roubaix, Flandes o Lieja, pero amigo, los últimos 45 minutos son de vértigo. Capo Mele, Capo Cerro, Capo Berta, la Cipressa, el Poggio, se escaparon a más de cuarenta por hora. Los 5,7 km de la Cipressa se subieron en 9:30 minutos (récord histórico).

Todo ello con una caída que rompió el pelotón y con constantes ataques. En ellos participó Pereiro, el campeón olímpico Bettini, Vicioso y Valverde. Prometió que iba a atacar en el Poggio y cumplió. "He terminado satisfecho conmigo mismo", decía el murciano, "porque he hecho todo cuanto he podido, dentro de que no es una carrera buena para mí. Aquí se apuntan siempre los mejores velocistas, porque se suele llegar al sprint".

Valverde, que iba con otros cuatro corredores más, fue atrapado a dos kilómetros de meta. Y llegó el sprint, en el que Petacchi fue un gigante. "He cambiado este año mi preparación y he perdido dos kilos para subir mejor y poder ganar esta Milán-San Remo. Decían que no era capaz de ganar una carrera que superara los doscientos kilómetros, pero he ganado con dos bicicletas de ventaja y he cerrado la polémica", sentenció el rey de la velocidad.