Alejandro Valverde
"Me la voy a jugar con un ataque en el Poggio"
El corredor murciano afronta su tercera Milán-San Remo, pero esta vez con la intención de ganar. Para el cántabro es la quinta ocasión. Ya ha sumado una victoria, la del año pasado, y un tercer puesto, en 2002. Se presenta en mejor forma que nunca
¿No le habría gustado venir con tiempo para inspeccionar la Cipressa o el Poggio?
Ya he corrido dos veces esta clásica y conozco bien ambas subidas. La verdad que el recorrido de la Milán-San Remo no tiene mucha historia.
¿Cuál es la principal dificultad de la carrera?
La velocidad en los últimos kilómetros y la colocación al entrar en ellos. Cuando llegas a la Cipressa los que van primeros empiezan a subir a cuarenta por hora, se hace un embudo y los de atrás tendrían que ir a cincuenta y, claro, siempre se produce el corte.
¿Y el fondo físico?
Son casi trescientos kilómetros y, aunque se rueda a buena marcha, no se va al ritmo desenfrenado de otras carreras más cortas. Salvo al final.
A ganarla, ¿no?
Esa es mi intención. Cada año salgo con un poco más de posibilidades y, consecuentemente, de presión. Pero tampoco es para mí una carrera a vida o muerte. Sé que mis opciones no son muchas. Esta clásica es más para sprinters natos.
¿Cuáles serían sus posibilidades en un sprint masivo?
Creo que podría hacer quinto o sexto, pero eso no vale para mucho. Y no creo que me reserve para el sprint. Tengo que jugármela antes, intentar llegar a meta con un grupo lo más pequeño posible. Y si no lo consigo y acabo reventado, no pasa nada, me da igual terminar el sexto que el treinta.
¿Se la va a jugar en el Poggio o en la Cipressa?
La Cipressa queda demasiado lejos. Es mejor un ataque en el Poggio.