Boonen gana una etapa recortada por la nieve

La nieve, que cubría gran parte de la ruta por donde tenía que pasar la segunda etapa de la París-Niza, obligó a recortar drásticamente el recorrido de ésta, dejando en sólo 46,5 km los 191 que estaban programados. El peligro que suponía hacer circular a los ciclistas por carreteras heladas era muy evidente y la organización decidió limitar la etapa a los últimos 46,5 km, los únicos que se podían recorrer con seguridad.

Los ciclistas viajaron en los autobuses y coches de sus equipos desde La Castra hasta Aigueperse, desde donde se tomó la salida hasta Thiers, la meta prevista. No hubo problemas en ese pequeño tramo, la ruta estaba realmente transitable.

El recorte del trazado transformó sensiblemente la competición. En una distancia tan corta y con el frío que hacía, el pelotón voló a 52,137 km/h. En menos de una hora (53 minutos y medio) los ciclistas llegaron a la meta. Los hombres del Quick Step, que buscaban otro triunfo de Boonen, y los del CSC y Rabobank, que defendían los intereses de Voigt y Dekker, empatados en el liderato, llevaron con la lengua fuera a los demás.

Valverde, atento. No obstante, hubo tiempo para escaramuzas. En el km 17 estaba el único sprint bonificado, que se peleó a tope y en el que Dekker se apuntó los tres segundos. Julich se llevó dos y Valverde, que fue tercero, uno.

En el único puerto de la minietapa, de sólo 5 km de subida, se vieron multitud de ataques y al final Voigt se marchó con Kirchen. Valverde, al que se le está viendo muy concentrado en carrera, respondió y los alcanzó justo en la cima. Faltaban sólo 6 km para la meta, pero tenían pocos segundos de ventaja y el pelotón les atrapó en el descenso. Luego vino el sprint, con nuevo triunfo del belga Tom Boonen, que además cogió el liderato por los diez segundos de bonificación.

La jornada de hoy tendrá que ser reducida o suspendida

La etapa de hoy reviste aún muchos más problemas que la de ayer. Se llega a La Chambon, en pleno corazón del Macizo Central y con una altitud de 1.000 metros. La etapa de ayer discurría entre los 300 y los 500 metros de altitud, así que no es difícil imaginarse que las carreteras de hoy estarán todavía más nevadas e intransitables para los ciclistas. Los organizadores, no obstante, no se han pronunciado sobre las modificaciones que puede sufrir el recorrido y han pospuesto la decisión hasta la mañana de hoy, una vez tengan todos los datos sobre el estado de la ruta. Pero en principio, es muy probable que esta tercera etapa tenga que ser modificada e incluso suspendida.