Freire se enfrenta a los mejores sprinters mundiales

Óscar Freire afronta a partir de hoy una de sus carreras favoritas, la Tirreno-Adriático, prueba italiana en la que ha ganado cuatro etapas (dos en 2000 y una en 2003 y 2004) y en la que ha subido dos veces al podio, segundo el año pasado y tercero en 2002. Esta ronda en siete etapas es además el tradicional terreno de puesta a punto para la Milán-San Remo, en la que el tricampeón mundial ha fijado su primer gran objetivo de esta temporada.

Pero las perspectivas no van a ser sencillas para Freire, pues en la llamada Carrera de los dos Mares se han citado todos los mejores sprinters del mundo, salvo el belga Tom Boo­nen, que no encuentra competencia en la París-Niza. En el pelotón van a estar Petacchi, Cipollini, Zabel, McEwen, Van Heeswijk, Hondo, Cooke, Hushovd, Grillo, Qaranta... y naturalmente, Bettini.

El actual campeón olímpico sostuvo el año pasado un memorable duelo con Freire, que se decidió por las bonificaciones en los sprints y, más concretamente, por la llegada en la penúltima etapa, en la que la foto finish tuvo que resolver un más que ajustado sprints entre ambos, que fue para Bettini, que se llevó diez segundos y el cántabro seis. De ser al revés el triunfo final habría sido para Freire, que quedó a sólo cinco segundos en la general final.

Las bonificaciones (10, 6 y 4 segundos en la llegada, y 3, 2 y 1 en las metas volantes, serán posiblemente otra vez las que decidan la carrera. Pero en casi todas las etapas hay pequeños puertos cercanos a meta que pueden descartar a los que menos suben (Petacchi, Cipollini, etc.). Por eso Freire y Bettini tienen bastantes opciones.

Olano y Zabala ganaron aquí

En las cuarenta ediciones de la Tirreno-Adriático tan sólo se han producido dos triunfos españoles. El primero lo logró en 1991 Herminio Díaz Zabala, entonces ciclista de la ONCE y hoy segundo director del Liberty, que como tal estará presente en esta carrera. El otro lo consiguió Abraham Olano en 2000, también con el maillot de la ONCE.