Ruth Beitia eclipsa a Canal, Martínez y Estévez

La cántabra Ruth Beitia ha irrumpido en la elite mundial de altura con una medalla de plata que eclipsó la de David Canal y los bronces de Reyes Estévez y de Manuel Martínez en la segunda jornada de los Europeos en sala de Madrid, que trajo a España los cuatro primeros metales sobre un fondo de decepción.

Canal, Estévez y Martínez tenían citas con las medallas de oro y no les faltó el fervor de 9.000 espectadores en el Palacio de Deportes, pero en el momento supremo estuvieron por debajo de sus posibilidades, aun cuando terminaron subiendo al podio.

Beitia, que el año pasado rompió el muro de los dos metros en sala y al aire libre, hizo un concurso perfecto, superando limpiamente el listón a la primera en 1,80; 1,85; 1,89; 1,92; 1,95; 1,97 y 1,99. Sólo la rusa Anna Chicherova, medallista en los dos últimos mundiales bajo techo (plata y bronce) había seguido una trayectoria semejante, hasta que falló en 1,99.

Chicherova, sin embargo, aún tuvo fuerzas para pasar el listón, a la tercera, en 2,01 y arrebatar el título a la española, que no había podido con la misma altura. Con 25 años, la atleta cántabra, campeona de Europa sub'23 en 2001, ha adquirido la madurez necesaria para competir sin complejos entre la elite. Hasta hoy, no había pasado de un sexto puesto en alta competición (sexta en los Mundiales bajo techo de 2003).

La pamplonesa Marta Mendía redondeó la mejor actuación española de la historia en un concurso de salto de altura al terminar cuarta con una marca de 1,95, la mejor del año para ella.

Bronce de Reyes Estévez

El histórico triplete español en la final de 3.000 metros de Viena 2002 (Alberto García, Penti y Jesús España) quedó reducido, tres años después, al bronce de Reyes Estévez, que tal vez acusa ya su exceso de ambición al doblar en 1.500 y 3.000.

El irlandés Alistair Cragg, que ganó fama universal al derrotar este año en Boston al etíope Kenenisa Bekele, se dio un paseo triunfal de 3.000 metros, poniendo tierra de por medio a 6 vueltas del final, cuando Estévez, sin descomponer el gesto, empezó a mirar atrás y se desinfló.

Cragg, de 24 años, estudiante en la Universidad de Arkansas, ganó con un tiempo de 7:46.32 y Estévez aún tuvo tiempo de reaccionar para no quedar fuera del podio. El español adelantó al austríaco Gunther Weidlinger pero cuando se creía segundo, llegó por detrás el británico John Mayock y le birló la plata.

Canal sólo pudo ser plata

La medalla de plata de David Canal, con ser cronológicamente el primer metal para España, tuvo sabor a decepción porque el barcelonés, que ya consiguió igual logro en Gante 2000, había dominado el panorama europeo con sus 45.93. Canal peleó por la cuerda al toque de campana, a codazos con el ruso Dmitriy Forshev, y tras pasar el 200 en 21.74, se "clavó" en los últimos metros.

El irlandés David Gillick, que se había guardado en la primera vuelta, le arrebató el oro al español en los quince últimos metros, venciendo en 46.30, seguido de Canal (46.64) y del alemán Sebastian Gatzka, que no terminaba de creerse su tercer puesto (46.88).

Manuel Martínez no pudo repetir el oro en peso

El capitán español, Manuel Martínez, que defendía en Madrid su corona europea conseguida en Viena, acertó a meterse en el podio con su cuarto tiro, de 20,51 metros, que luego repitió en la sexta ronda. El danés Joachim Olsen había sentenciado el concurso ya en su primer lanzamiento (21,19), y el holandés Rutger Smith se colgó la plata con 20,78 metros.

Joan Lino Martínez, campeón de España de longitud, se clasificó para la final con un salto de 8,01 metros y sin necesidad de ejecutar el tercero. El atleta de origen cubano hizo la segunda mejor marca entre los ocho finalistas. Sólo el griego Louis Tsatoumas saltó más que Joan Lino, con una marca de 8,09.

El habanero, que obtuvo el tercer puesto en los Juegos Olímpicos de Atenas, intentará mañana, domingo, dar a España una nueva medalla. En los campeonatos de Europa anteriores (Viena 2002), Yago Lamela -ahora lesionado- y Raúl Fernández -suspendido por dopaje- hicieron doblete para el equipo español.

La vallisoletana Maite Martínez pasó a la final de 800 metros en virtud de su tercer puesto en la primera semifinal con un tiempo de 2:10.66. Cuarta en los anteriores campeonatos de Europa en sala, progresó en la última vuelta hasta afirmarse en la tercera plaza que daba acceso a la final. Un cuarto puesto la hubiera dejado fuera.

Los vallistas cumplen y pasan ronda

El susto de la jornada lo dio Glory Alozie, que se desequilibró en el primer tramo de su serie de 60 m.vallas y sólo alcanzó a meterse en el último puesto, el cuarto, de acceso directo a semifinales, con una marca muy pobre de 8.16.

La ex nigeriana tiene una cuenta pendiente con los Europeos desde que, en Viena 2002, fue desposeída de la medalla de oro por no tener permiso de Nigeria para competir con España. Para luchar por los metales tendrá que superar, el mismo domingo, la criba de las semifinales.

Los tres vallistas españoles salieron airosos de la primera selección, ya que también pasaron a la penúltima prueba de obstáculos Aliuska López (8.10) y el plusmarquista nacional, Felipe Vivancos, que obtuvo el segundo puesto de su serie con 7.73.

Nuria Fernández, única española en la final de 1.500, aguantó el ritmo de la vencedora, la rumana Elena Iagar (2:11.52 al paso por los 800) hasta la penúltima vuelta. Ahí, murió la madrileña, condenada a sufrir en tierra de nadie para terminar séptima con 4:12.04, a centésimas de su mejor marca de siempre.

Javier Bermejo, campeón de España de altura, logró la mejor marca de su vida en sala, con un salto de 2,27 -al aire libre tiene un centímetro más- pero el veterano serbio Dragutin Topic, dos veces campeón de Europa bajo techo, le arrebató en su último salto (2,30) la última plaza de finalista.