Karim Quibir prepara en altura la pelea de su vida

Subir al Alto de los Leones, en el Puerto de Guadarrama de la sierra madrileña, cuando el otoño aún no termina de entrar del todo en la capital de España, es como transportarse de repente a otro mundo. Otro mundo perdido, entre la densa niebla, donde los siete grados bajo cero que pueden registrarse a 1.511 metros de altitud cualquier mañana de octubre te llevan en cuestión de minutos al más crudo y duro invierno. Un escenario terrorífico donde el gélido aire te corta los pulmones y donde el boxeador madrileño Karim Quibir, de 28 años, prepara el combate de su vida: el Campeonato de Europa del peso gallo.

Que tiemble el vigente campeón del título, el italiano Simone Maludrottu, porque quien es capaz de entrenarse casi una hora a varios grados bajo cero subiendo 4,8 kilómetros con pendientes de hasta el 20% está preparado mentalmente para todo.

Karim Quibir lleva desde mediados de agosto recluido en la sierra de Madrid, en una casa cerca de San Lorenzo de El Escorial, propiedad de José Valenciano, su entrenador de siempre. Valenciano ejerce de preparador, de amigo y casi también de padre. Valenciano aún recuerda cómo era aquel chaval inquieto y nervioso que llegó al gimnasio Barceló con 15 años. Enseguida me di cuenta de que Karim era un chaval hiperactivo y, sobre todo, de que tenía madera para esto. Así que le puse a correr a las seis de la mañana, para que canalizase parte de esa actividad, recuerda Valenciano.

El tercer pulmón. Trece años después, Valenciano sigue sometiendo a Karim a una preparación física muy exigente. Porque Valenciano tiene la teoría de que el día del combate, en el ring ese tercer pulmón que se fabrica en altura es el que puede hacer campeón a un boxeador. En altura, la falta de oxígeno obliga al cuerpo humano a fabricar un mayor número de glóbulos rojos en la sangre, aumentando el hematocrito y, de paso, la resistencia. Porque en el boxeo hay mucho de fuerza, de técnica, de cabeza y otro mucho de fondo físico para aguantar los doce asaltos de tres minutos de un Europeo.

El chico que conquistó en 2002 el Campeonato de España del peso gallo protagonizando uno de los mejores combates nacionales de los últimos años, el mismo al que le partieron meses después la mandíbula defendiendo su título de campeón intercontinental WBO del supermosca, ahora quiere conquistar el Campeonato de Europa del gallo, un título que no gana un español (Juan Francisco Rodríguez) desde hace 25 años. Un reto de altura para un púgil que está ya impaciente por ser campeón de Europa.