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Golf | Copa Ryder

Europa pone en juego su Ryder en un frente hostil

García y Jiménez son las bazas continentales en Oakland Hills

<b>FUMANDO ESPERAN. </b>Jiménez y Darren Clarke compartieron golf y puro ayer por la mañana.
reuters

Si Samuel Ryder levantara la cabeza pediría que su Copa tuviera paz 78 años después de concebir la fantástica idea de que golfistas de Estados Unidos y del Reino Unido se enfrentaran por la supremacía del golf mundial. En Detroit, donde se pone en juego desde hoy una nueva edición del EE.UU.-Europa, todavía se habla de la vergonzosa actuación de los aficionados yankis en 1999. Endiosaron a Justin Leonard metiendo en una encrucijada de gritos y desplantes a José María Olazábal. Ese partido de béisbol vivido en el green del 17 de Brooklyne cambió el curso de la Ryder. Incluso el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York frustró la revancha dos años más tarde.

Hoy, en 2004, Estados Unidos quiere recuperar el trofeo que los europeos tienen guardado desde 2002, cuando lo ganaron con holgura. Para ello cuenta con el abanderado más deprimido de los últimos tiempos: Tiger Woods. El golfista mediático por antonomasia acaba de perder el número uno mundial a manos de Vijay Singh. Todavía bajo el shock, Woods y una pléyade de excelentes jugadores como Mickelson, Furyk, Toms o el abuelo Haas se enfrentarán, primero por parejas y el domingo en individuales, a un equipo europeo más joven que nunca.

Miguel Ángel Jiménez (cuatro títulos este año) y Sergio García representan a nuestra Armada. Pisha y Niño son la antítesis de Woods en una competición match play. Son todo corazón, puro nervio, justo lo que se necesita para ganarle el mano a mano al rival. A Woods se le escapan las opciones por frío. Junto a ellos, Montgomerie, Harrington, Howell, Poulter: poder británico, historia contra modernidad.

Podríamos entrar en mil cábalas pero el golf es mucho más sencillo: el que juegue mejor ganará. A un partido habría dudas sobre esta sentencia, pero en tres días de duelos cara a cara no queda sitio para la trampa ni el cartón.

Glamour antes de la batalla

Tiger Woods y su novia Elin no faltaron, al igual que Bernhard Langer y su esposa, a la cena de gala que ofreció la organización. El gran campeón mundial dijo que espero recuperar mi mejor nivel para darle a mi país lo que se merece. Ante él tendrá a los mejores europeos del año capitaneados por unos de los grandes del golf europeo. El alemán Langer podría perfectamente ponerse a jugar. Seguro que no desentonaría en absoluto.