Goosen-Mickelson: un duelo en las alturas

El surafricano Retief Goosen y el norteamericano Phil Mickelson, viejos conocedores de lo que es ganarlo todo, jugaban anoche para llevarse el Abierto de Estados Unidos de golf. Sólo ellos conseguían derrocar a los links de Shinnecock, auténticos triunfadores del torneo.

Este segundo Grande de la temporada no entiende de historia ni de tradiciones, por eso un europeo no logra ganarlo desde 1970 (Tony Jacklin). El domingo en Nueva York no colocó a Sergio García en disposición de romper ese maleficio. El bogey en su primer hoyo fue determinante. Necesitaba una vuelta memorable, algo demasiado fuerte para un campo extraordinariamente difícil.

Todos los golfistas, menos el ganador, claro, criticarán la exigencia de este recorrido de Shinnecock. Calles recortadas, hierba más segada que nunca y unos greenes de cristal. Además, el calor fue tan asfixiante que el hoyo 7 se convirtió en una ducha improvisada para los supervivientes del torneo. Y en medio de la canícula, un hombre, Tiger Woods. El mejor jugador del mundo anda metido en un callejón sin salida. No gana un Grande desde el 2002 y, lo que es peor, su sonrisa nos delata que el golf empieza a pasar a un segundo plano en su vida. Peligro, que viene Sergio...