Sáez se enfadó con los suplentes

Fue un pim-pam-pum-pam súbito, 4-0 en apenas 20 minutos de fútbol. Algo así como un KO en menos de un asalto de boxeo. En un lado reían de azul los titulares de Sáez, ésos que nunca ha ocultado (si acaso, el portero: Casillas o Cañizares) el vasco. En otro, de blanco, los teóricos y por lo visto ayer merecidos suplentes. Probables contra posibles, que se decía antaño. Fue en un ensayo con dorsales, el primer partidillo serio (más serio que el de mañana contra Andorra, posiblemente) del once que planea Iñaki Sáez, y la cosa terminó 6-1.

Y terminó sólo así gracias a que el técnico vasco aprovechó el descanso para ponerles las pilas a los suplentes: el marcador ficticio de Las Rozas anotaba un 4-0 en 25 minutos, los que duró cada tiempo, y Sáez, negro, formó a los de blanco alrededor suyo. "Así no se puede", se escuchó: el vasco pidió intensidad y dio un toque de atención a los que quieran tener una oportunidad. En un aparte habló con Joaquín, especialmente apagado.

La cosa mejoró en la segunda parte, aunque los titulares ampliaron su ventaja: 6-1, al final. Torres, rabioso, le hizo a Cañizares el gol del honor (había sustituido a Iker, inmaculado en la primera parte) y Xavi se lamentaba tras el partidillo: "Claro que sienta mal ser suplente. Habrá que trabajar para cambiarlo". Y mucho. Si no, los posibles serán imposibles para Sáez.

El Niño Torres marcó: es el único suplente que apunta a titular

Fernando Torres lo intentó de todas las maneras, pero casi siempre se topó con el barcelonista Puyol, una roca. El defensor azulgrana parece haber agradecido su nueva ubicación, la natural para él, tras la lesión de Míchel Salgado: el lateral derecho. Torres y Puyol mantuvieron un precioso duelo tete a tete en el que se repartieron las victorias, aunque el Niño se encontró con otro obstáculo cada vez que lograba superar a Carles: Iker Casillas. El meta del Real Madrid le ganó dos mano a mano en el primer tiempo del minipartido de ayer, las únicas ocasiones, por cierto, que tuvo el equipo de los suplentes durante los primeros 25 minutos. Torres le puso aún más empeño en el segundo tiempo y llegó a tener un rifirrafe tras una entrada de Puyol de la que saltaron chispas. Pero no tiró la toalla y aprovechó su oportunidad para marcar el gol del 6-1 y salvaguardar un ápice del poco crédito que le quedaba a los suplentes. Fue en una jugada de velocidad, de las que le gustan. Xabi Alonso, en una de sus pocas inspiraciones, se inventó un pase que propició un sprint entre Torres y Raúl Bravo (Puyol se había ido al ataque) y el Niño, imparable en ese tipo de enfrentamientos, superó al madridista para quedarse solo delante del portero y superarlo de tiro cruzado. Fue gol, con un pero: esta vez el meta no era Casillas, sino Cañizares. Con todo, el Niño obtuvo un voto para ganarse la titularidad.