El Kelme vive una agonía

El Kelme vive una agonía

El Kelme está corriendo la Bicicleta Vasca con seis corredores. Tiene más, hasta 23, pero entre unos que están lesionados, otros que no tenían contemplada esta prueba en su programación -caso de Valverde- y los siete a los que la Unión Ciclista Internacional (UCI) les retiró la licencia, pues son los que son. El Kelme, la verdad, está viviendo una agonía. Como en coma no está, lo mismo se recupera si aparece más dinero. Difícil, pues la Generalitat Valenciana ya puso todo lo que tenía que poner, unos dos millones de euros, y de eso vive el equipo. O malvive, pues la caja no dio para depositar el aval necesario en la UCI y ésta le retiró siete licencias.

Así se da el caso curioso de que Casero, Bonilla, Muñoz, Martínez, Ballester, Alonso y Cuenca son ciclistas del Kelme, pero no corren.

¡Vaya negocio tener unos ciclistas en nómina que no compiten! Pero es que resulta que ahora tampoco cobran. Eso al menos ha denunciado Martínez. Y también sus paisanos Valverde y Juliá. Se supone que son los únicos que se han atrevido a hacerlo, animados por su representante común, que no es otro que Gorka Arrinda. El resto, por lo visto, prefiere esperar. Que los corredores cobren poco y tarde era previsible. Cuando la UCI retiró las licencias era porque veía que el Kelme no podía pagar todas.

Vistas así las cosas, el futuro del Kelme no invita al optimismo. El equipo aporta su infraestructura, y punto. Todos los recursos económicos proceden de la Generalitat y ésta ha visto la mala gestión que se hace de los mismos. A esto se han añadido las acusaciones de dopaje y la retirada de las invitaciones a participar en el Giro y en el Tour. La Generalitat no está dispuesta a seguir la próxima temporada en estas condiciones. Si mantiene su patrocinio, será ella quien ponga un manager y un director nuevos para que hagan las contrataciones. Y si Kelme quiere seguir, que pague para mantener la imagen de la marca. Lo de ir gratis por la vida se ha acabado.