Uno fijo es Albelda
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Si algo merece reconocimiento en Iñaki Sáez es su defensa de un dibujo táctico y la apuesta por los jugadores que le dieron títulos en categorías inferiores. Cuando Luis Aragonés insiste en que a nuestra Selección le falta saber a qué juega, se refiere a la ambición, a no enfundarse la camiseta como lo hacen brasileños o argentinos. Pero antes con Camacho y ahora con Sáez, sí tenemos claro a qué jugamos en lo táctico. Y en ese planteamiento, el mal llamado doble pivote es esencial. En esas, Albelda es el único fijo. Y lo es porque su trabajo no lo hace otro mejor. Lo es también porque él fue clave en el último gran éxito de Sáez, la medalla olímpica de plata en Sydney.
Tampoco plantea dudas el que esa pareja tena que ser de corte defensivo. Ahí no encaja Xavi, ni Valerón. Sáez es poco dado a inventos y lo más normal es que elija como compañero de Albelda a Baraja. Juegan de memoria, se complementan bien y hasta ganamos un plus en ataque porque Baraja sube con más alegría sabiendo que su compañero está detrás con la escoba. Xabi Alonso es de parecido corte pero recupera menos balones que Baraja. Su presencia se justificará en partidos que estén atascados o ante rivales que de antemano renuncien al ataque. Por eso funcionó, y bien, en la repesca contra Noruega, que nos regaló siempre la mitad del campo. Resumiendo, en Portugal veremos a Albelda y Baraja como titulares en esa zona y con Xabi Alonso con más posibilidades en el partido contra Grecia.
