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Selección | Eurocopa 2004

Albelda es pieza fija por su gran valor defensivo

Sáez puede tener algunas dudas, pero nunca se planteará prescindir de David Albelda. El ‘sheriff’ de Alzira es una garantía en el juego defensivo, por delante de los centrales, y un soberbio trabajador colectivo. Llega en plena madurez.

Pedro P.San matín
<B>UN TIPO DURO</B>. Siempre elige bien si tiene que cortar, saltar, lanzar o pegar. No se equivoca y nunca deja al equipo en indefensión.

David Albelda se ha hecho grande de un tiempo a esta parte. Perdió una primera ocasión de certificar su garantía en el Mundial de Corea, donde pasó inadvertido entre las dudas de Camacho y un insólito estrangulamiento testicular. Pero aquella fue una página negra guardada en el baúl. Hoy es un futbolista de prestigio fraguado en la forja valenciana de Rafa Benítez, un especialista para una función clave en el fútbol moderno. Es el pivote con mayúsculas, la bisagra entre la defensa y el ataque. Es un tipo duro.

Sáez no dudará en Portugal: Albelda será el tercer central. Entiéndase ésto como el pivote que patrulla por delante de Helguera y Marchena cribando las llegadas del rival. Un escudero inteligente, disciplinado en la zona de ocupación y contundente desde que suena el primer asalto. Lo saben bien Zidane y Juninho, víctimas del garrote de este chavalote de Alzira.

El gran valor de Albelda es su estabilidad en el campo. Siempre elige bien. Si tiene que cortar, saltar, lanzar o pegar, no suele equivocarse ni deja nunca a sus compañeros en indefensión. El sentido de colectividad se lo ha inyectado Benítez en vena y trabaja como un tractor para el equipo. No se enreda en lo que no sabe, vigila las coberturas de sus compañeros y hasta tiene zancada para merodear por el área rival si hace falta artillería, especialmente por alto, que es otro de sus puntos fuertes. Es el futbolista silencioso del trabajo oscuro y abnegado empuñando la escoba. Imprescindible, por lo tanto, para que suene la orquesta.

Albelda es el octavo jugador que más faltas ha cometido en esta Liga (82) aunque sólo ha visto once amarillas y ni una roja. Es decir, sabe imponer autoridad con inteligencia, la suficiente para recuperar 190 balones en los 33 partidos. Benítez sabía que el ‘sheriff’ de Alzira le garantizaba jerarquía por delante de dos colosos, Ayala y Marchena, y un poquito por detrás de Baraja, el jugador acordeón más valioso de este Valencia bicampeón.

Una cualidad añadida del capitán valencianista es la madurez adquirida en competición internacional. Albelda no se achica, no se deja impresionar por el ambiente (quizás esto lo acusó en Corea) y ejerce mucho liderazgo desde la línea de atrás.

En septiembre cumplirá 27 años, la edad ideal para llegar en tiempo y forma a una Eurocopa. Lleva en las piernas 4.025 minutos de fútbol esta temporada, pero en la Euro dará la impresión de frescura porque es un buen profesional, cuidadoso y ejemplar en el trabajo diario en las instalaciones de Paterna.

Albelda no tiene un gran currículum con España (15 actuaciones), pero sí tiene un prestigio incuestionable para Iñaki Sáez, su padrino en las categorías inferiores. Seguro que los jugadores de la Selección dormirán tranquilos sabiendo que el ‘sheriff’ de Alzira les guarda las espaldas en el campo. Es un seguro de vida.