Anda el Madrid mareando la perdiz y el Barcelona ya ha fichado a Belletti, un futbolista excelente, capaz de jugar de extremo o lateral. El internacional brasileño costará 3,7 millones de euros más la renuncia de los derechos de recompra por Reina, valorados en 1,8 millones. La operación ha sido rápida, sin culebrones. El Roma, que ve venir al Madrid como el tren del dinero, ya pide 45 millones por Samuel y Emerson. Y el estacazo final se lo reservan para cuando toque negociar por Totti, tasado a precio de Coliseo. En los últimos años el Madrid se ha comportado como un nuevo rico y esa actitud, que quizá el club entienda como generosa, se percibe por los demás como invasiva y prepotente. Por mucho de eso no viene Henry.

El Madrid perdió su abismal ventaja (deportiva y psicológica) sobre el Barcelona, propiciada desde la contratación de Figo, cuando dejó a Ronaldinho en manos de su moribundo enemigo. Ahora siente la respiración del Barça en la nuca; y algo similar ha sucedido con Kaká y el Milán. Tras fichar a Belletti, el club que dirige Laporta (creo que con más fortuna que talento) baraja los nombres de Ballack y Trezeguet. También se ha metido en la puja por Xabi Alonso. Mientras, en el Madrid dicen que la elección del galáctico podría decidirse tras la Eurocopa, torneo que doblará el precio de las estrellas. Algo tan tonto como la supremacía del fútbol europeo está en juego y el Madrid no mueve ficha.