España cae con un autogol de Mario

Clemente, que entrenó al Marsella, anda estos días por Blois haciendo informes tácticos para la UEFA. El asunto ha calado hondo en los franceses del futuro, que han cambiado el fútbol glamouroso de Platini y Zidane por una especie de balompié tosco y directo al que enderezan la indudable calidad de Songo’o (el hijo de Jacques), Ben Arfa (un serio proyecto de Zidane) y Meney (el próximo Henry). Ellos y el mal tino hispano delante de puerta bastaron para derrotar a una España que pasará a semifi nales si gana a Irlanda y Turquía no derrota a Francia en el otro partido del grupo. Si ello ocurre, habrá que golear a los irlandeses.

España saltó al campo poseída por los demonios, sobre todo el zurdo Marcos, que puso cerco a un gran meta galo llamado Costil. En siete minutos, Marcos pudo marcar tres veces. Francia se sacudió el dominio dándole la pelota a sus buenísimos delanteros, Meney y Ben Arfa. Éste protagonizó las primeras jugadas de peligro de Francia. Sólo le faltó el remate. Aquel hizo una, la del gol, y ni siquiera necesitó rematar: túnel a Piqué y centro. Mario, de despeje envenenado, puso el 1-0.

Reaccionó España, pero fallaron Carmona y Marcos. A la mala puntería se sumó la desgracia. Ducasse, que marcó y mermó la capacidad creativa de Cesc (el catalán fue menos decisivo), lesionó a César y dejó a España sin delantero centro. Salió Marc y se situó arriba Javi García. Pero Javi no es delantero centro y ayer no era el día mundial de los remates de cabeza. De Javi fueron dos testarazos errados que esperanzaron a los españoles nada más comenzar la segunda parte y un medio gol en el que árbitro pitó peligro. De Piqué, que se sumó arriba al fi nal, el remate que hubiera dado el empate en el descuento. La tiró fuera y por allí también nos acordamos de Clemente, de que un día fue seleccionador de España y de la frase que nos defi ne: jugamos como nunca, perdimos como siempre.