Huérfano en ataque
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Vaya por delante que el Madrid mereció mejor suerte. Nadie puede reprochar nada al equipo perdedor. Sí habrá que pedir explicaciones al cuerpo técnico por empeñarse en reconvertir centrocampistas en delanteros. Con la baja de Ronaldo y el desesperante momento de Raúl, queda en pañales la planificación de la plantilla y la tozudez de Queiroz. No se puede pelear la Liga fiando todo a que Solari y Zidane actúen como goleadores, porque no lo son. No sé qué ocurre con Portillo. Si no vale para estar en el Madrid, habría que haber encontrado soluciones en diciembre. Cada vez que falta Ronie, surge el mismo problema. Alguien tendrá que aclarar esto cuando acabe el ejercicio.
Ayer, con un par de jugadores con olfato de gol, el Madrid hubiera dejado listo el partido en la primera hora de juego. Pocas veces encontrarán un Barça tan ramplón y timorato. Esa falta de definición acaba desgastando a Zidane, sacando de quicio a Figo y desmoralizando a Roberto Carlos. Se resiente todo el equipo. Raúl, que no es un delantero de elaborar jugadas, se ahoga cuando no está bien físicamente y llega tarde a esos balones que antes eran gol seguro. Ocurrió ayer al menos en tres ocasiones. No es de recibo que en una plantilla de veinticinco jugadores, no exista recambio para Ronaldo.
