Cinco de Nigeria pueden ir a Portugal

Hoy cumple un lustro el único Mundial de fútbol que lucen las vitrinas de la Federación Española: el que ganaron los Sub-20 en Nigeria. Aquel 24 de abril de 1999, en Lagos, la Selección liderada por el barcelonista Xavi barría (4-0) a un inesperado finalista llamado Japón. Mucho más previsible era el éxito de España, que había llegado al último partido tras una soberbia actuación de Casillas en los cuartos de final (paró el penalti decisivo de la tanda a Ghana), aunque no fuera Iker, sino Aranzubía, el preferido para el entonces técnico de la Sub-20 y la Sub-21: Iñaki Sáez.

Cinco años después, lñaki es seleccionador absoluto; Casillas, indiscutible en el Madrid y en la Selección; Aranzubia ha tardado más en explotar, pero ya tiene toda la confianza de Valverde en el Athletic, y parece que también la confianza suficiente como para ser tercer portero en la Eurocopa.

Hay más lugares, no sólo la portería, por donde se ha propagado el éxito de Nigeria. La defensa: Marchena, líder de la zaga del 99, es el recambio natural de Helguera y Puyol en la defensa de la Selección y titular cuando el azulgrana juega de lateral izquierdo. El centro: Xavi, aquel proyecto de Guardiola, es también asiduo a las convocatorias de la absoluta. El azulgrana se precia de haber encontrado una vocación más ofensiva que le indica, de nuevo, el camino a Portugal. Después de mucho tiempo ausente, Sáez le ha vuelto a convocar contra Italia, en puertas de su última y definitiva lista para la Eurocopa. Y todos los sitios: el polivalente Gabri apareció en la penúltima lista de Iñaki y también tiene opciones de viajar al país vecino.

La cruz. "Aquel campeonato nos abrió muchas puertas. Más o menos, todos jugamos ya en Primera", recuerda el valencianista Marchena. Más o menos, sí. Otros como el céltico Coira, que emigró al Alavés, el realista Barkero, cedido en el Ejido, o el levantinista David Aganzo están todavía lejos de la absoluta. A años luz andan el ex culé Bermudo, que pelea por no descender a Segunda B con el Algeciras, como el hijo de Cundi, Rubén Suárez, que apenas ha metido 9 goles en cinco años, o como Álex Lombardero, que milita en el Racing B. Dice Álex seguro, en plan campeón: "Lo de Iker o Marchena me da envidia, pero sana. Me da ganas de luchar, porque soy joven. Al menos tengo con algunos de ellos una gran amistad". Pase lo que le pase, siempre le quedará Nigeria.