Yo digo J.J. Santos

El mecánico Benítez

J.J.Santos
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No es fácil ser líder. Ni con rotaciones. En la libreta de un entrenador se contemplan, pero no se pueden cuantificar los estados de ansiedad. Desde el primer minuto ante la Real, el Valencia jugó acelerado. Benítez tiene un auténtico arsenal de repuestos y eso se nota en la condición física del equipo, pero no en la anímica. El técnico se encierra en su taller y sustituye piezas con la misma facilidad que cuando nos realizan la puesta a punto en el coche. Rufete es extremo y lateral. Angulo, delantero centro, extremo o media punta. Mista, nueve o enganche. Ese baile mantiene frescos a los titulares, vivos a los suplentes y oculta la difícil convivencia entre vestuario y entrenador.

De ese engranaje se escapa también el público. Sobra decir que la afición de Mestalla es de la más entregadas. Pero en ocasiones, como la de ayer, puede hacer volar al equipo o crisparle. La Liga no la ganarán los árbitros, aunque cualquier decisión en contra se interprete como un agravio. Ese ímpetu popular altera a algunos jugadores y saca de quicio a Benítez. Contra eso aún no ha encontrado la pieza de recambio. Ni la encontrará. Para estas cinco jornadas influirá menos el cansancio, el tener mejor banquillo y la dosificación. Se demostró ayer con la remontada por pura casta. Para desgracia de Benítez, toca cerrar el taller y apelar a la heroica.

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