Aventurero de la mente
Acaba de morir Daniel J. Boorstin, un abogado, historiador, profesor universitario y bibliotecario norteamericano. No; este hombre singular no protagonizó en vida, que se sepa, ninguna arriesgada peripecia ni participó en alguna expedición a lugares remotos. Pero hizo algo por lo que creo que merece que le dediquemos unas líneas de en este rincón del AS que siempre pretende ser una puerta a la aventura. Alguna vez habrán leído aquí la frase del explorador polar Cherry-Garrard que afirma que "la aventura es la expresión física de una pasión intelectual".
El profesor Boorstin ha colaborado como pocos a cultivar esa pasión intelectual, con su trilogía dedicada a los Descubridores, a los Creadores y a los Pensadores. En especial Los descubridores (ed. Crítica, 1989) resulta una lectura obligada para el que desee conocer cómo el espíritu aventurero nos ayudó a sobrevivir en medio de otras especies más fuertes, más veloces o más grandes, y fue alentando el progreso, siempre de la mano de la aventura intelectual.
Fue haciendo frente a la adversidad y a retos considerados imposibles algo que deberían tener en cuenta, por ejemplo, los jugadores del Real Madrid y aún más quienes cuelgan esas repugnantes pancartas e insultan a quienes, hasta ayer, eran sus mitos, como la humanidad avanzó con saltos de gigante. Boorstin nos cuenta el proceso histórico de cómo una pregunta surgida en la mente de un hombre curioso, lleva a otros hombres, igualmente intrigados por conocer la respuesta, a desafiar mares, desiertos y cadenas montañosas. Y mientras la encontraban, derruían fronteras físicas y mentales, quizá las más complejas y tantas veces más peligrosas de vencer.
Esta mentalidad empeñada en compendiar el saber y ponerlo al alcance de todos, tuvo en Boorstin otra manifestación no menos apasionante incluso diría que aventurera que cristalizó durante su labor como responsable de la Biblioteca del Congreso de los EE UU entre 1975 y 1987. Se empeñó en abrir una terra incógnita para el común de los mortales hasta entonces. En ella se levantan 241 kms. de estanterías llenas de libros. Un auténtico paraíso del conocimiento que algunos preferían mantener fuera del alcance de las personas corrientes.
Frente a esa actitud oscurantista, Boorstin decidió abrir las puertas de esta institución para que el viento de la curiosidad y el afán de conocer, es decir, los pilares de la aventura, se colasen en esos pasillos de algún modo estériles, pues no hay nada más inútil que un libro cerrado. Boorstin nos enseñó que el afán del hombre por conocer el mundo y conocerse a sí mismo es una historia sin final pues "... seguimos explorando con la sempiterna pregunta de por qué. Hemos pasado de buscar el sentido del hombre y el universo a descubrir que el sentido está en la búsqueda". Por ello le debemos eterna gratitud a este aventurero de la mente.
Sebastián Álvaro es el director del programa de TVE Al Filo de lo Imposible.