Urzaiz disputará el próximo sábado su encuentro número 350 en Primera División, cifra que alcanza tras haber militado en esta categoría en cinco equipos diferentes y haber hallado en el Athletic, club con el que ha disputado 271 encuentros, su hábitat natural.
Una carrera de trotamundos que se sosegó tras su llegada al Athletic permitirá a Ismael Urzaiz adquirir las credenciales de todo un veterano este sábado en San Mamés: 350 partidos en Primera División y 107 goles que le convierten en un artillero de primera, sólo superado, entre quienes aún se mantienen en activo, por Raúl. Son cifras para el registro en una temporada de tono gris, en la que el delantero navarro no se acerca a las cifras de las tres últimas campañas, en las que logró 40 goles y se convirtió en auténtica referencia ofensiva del Athletic.
En realidad, el despertar de Urzaiz fue tardío. Se produjo de la mano de José Antonio Camacho en el Espanyol, equipo al que llegó tras un periplo de buscavidas por el Albacete, el Celta y el Rayo Vallecano. Los 13 goles que firmó en aquella temporada 95-96 abrieron los ojos del club de Ibaigane, inmerso por aquel entonces en una vorágine de fichajes. Al año siguiente ya jugaba en San Mamés.
Desde entonces, Urzaiz se ha convertido en el santo y seña del ataque rojiblanco, sólo o en compañía de Etxeberria, su complemento más eficaz. Con el Athletic ha logrado 92 goles, un gol cada tres partidos a lo largo de ocho temporadas, mucho tiempo en la carrera de un futbolista. En repetidas ocasiones ha remarcado que "el gol es una cuestión de rachas", algo que él conoce bien, pese una regularidad que le ha llevado a alcanzar 16 goles en tres temporadas.
