Yo digo J. J. Santos

Ser geniales pecados

J.J.Santos
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Qué efímera es la gloria del delantero! ¡Qué pronto hemos olvidado las genialidades y los goles de Ronaldinho y Torres! No pretendo justificar los infantiles errores de ambos, pero los árbitros, muchas veces, son ventajistas con los atacantes. Tienen el disparo tarjeteril fácil y les cuesta un mundo perseguir a los violentos defensas. Los tirones de pelo, la rodilla en los riñones y el hostigamiento continuo al jugón se ven como parte del espectáculo pero, cuando el delantero intenta defenderse con codos o picaresca parece que comete un grave delito. Y les aseguro que por cada reacción virulenta del que tiene la misión de marcar gol, hay diez marrullerías del que intenta pararles.

El colegiado se siente realizado si manda al vestuario a una de las grandes estrellas de la Liga. Sacarle la roja a un anónimo repartidor de estopa no adorna su historial, pero enviar a la caseta a Ronaldinho le convierte en protagonista. En Málaga, Torres sacó el brazo a pasear, incluso antes ya había utilizado la mano para palpar la cara de su marcador, pero no reparamos en las perrerías que sufrió antes. Eso, si tienes carácter, te acaba desquiciando. Nunca defenderé las malas artes pero, visto lo visto, igual Hugo Sánchez tendría que dar un curso acelerado a los que se mueven en el área para enseñarles cómo defenderse de tanta agresión y, al tiempo, engañar al árbitro.

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