Sergio cumple el par y pone firme Augusta

Todavía queda mucho camino por recorrer, pero a Sergio García le supo fenomenal el inicio en el Masters que podría ser el de su reivindicación como golfista entre los más grandes. Salió pronto, agarró alguna tormenta esporádica, y se marchó al hotel con 72 golpes, el par del campo, resultado de campeón.

Se dice que la primera vuelta de Augusta es para colocarse, para no despedirse ya del título en plena tarde del jueves. García jugó razonablemente bien y se adaptó a la rapidez de los greenes del Augusta National. El doble bogey del hoyo 7, par 5, lo compensó con un eagle en el 15, otro par, en los que sólo triunfan los valientes. Pegó su segundo golpe por encima del lago. Premio. Tenía prisa el Niño por acabar, se sacó la sudadera en el 18, cometió el bogey que le impidió acabar con números rojos y el juego de detuvo inmediatamente. ¿Qué pasó? Los temibles rayos, el peor enemigo de los golfistas. Las previsiones alertaban tormentas.

Por aquel entonces, y al cierre de esta edición, Ernie Els tenía su bola marcada a sólo dos metros del agujero en el 11. Debería patear para -3, resultado excelente a sólo dos impactos del líder, Justin Rose.

Este joven inglés llevaba ya bastantes minutos resguardado de los relámpagos en la casa club. Jugó temprano y acabó con 67 golpes, menos cinco del par. Suena a broma que Rose pueda ganar. Es una promesa, al estilo Faldo.

José María Olazábal, también en el 11 (como Els), mantenía su nivel de agresividad al cien por cien. El vasco suple en el Masters cualquier carencia con una garra impagable. Iba con sólo un golpe sobre el par, a seis del liderato. Además, muchos hoyos como el 14, 15 ó 17 con posibilidad de empatar con Sergio.

Woods se hunde en nueve hoyos

Confirmado: Tiger Woods no pasa por un buen momento de forma. El indiscutible mejor jugador del mundo agradeció más que nunca el parón del torneo a causa de la lluvia. Jugaba el hoyo diez con cuatro golpes más del par anotados ya en su tarjeta. Un bogey en el uno, doble bogey en el 5 y bogey en el 8, el par 5 en el casi todos sucumbieron. A Tiger Woods no se le puede dar jamás por descartado para ningún título, pero queda claro que las nuevas condiciones del Augusta National no le van a su estilo de juego. Unas calles más estrechas, más trampas estratégicas, velocidad de los greenes y unos roughs más altos que nunca. Le quedan 63 hoyos para remontar. Todos contra él, sigue siendo el lema preferido por todos sus rivales, pero tendrá que espabilar.