El once de Manzano

Lástima que Manzano no haya tenido la clarividencia suficiente para haber encontrado algo antes el once básico, esa alineación que ahora, al final de temporada, empezamos a conocer ya de memoria. Cierto es que las lesiones lo han impedido en parte, tan cierto como los mil y un ensayos practicados por el entrenador. Mejor nos habría ido si el desaguisado en la portería lo hubiéramos resuelto al inicio del invierno o si el técnico hubiera advertido, meses atrás, que Paunovic era el recurso más aprovechable en el ataque para acompañar a Torres.

Poco vale que ahora nos lamentemos. Lo mejor es felicitarnos porque, al fin, hay un once estable y con garantías y que, aunque el buen juego se sigue practicando de forma esporádica y racheada, empezamos a saber lo que hacemos y lo que queremos. Si a eso unimos que los finales de campeonato de los equipos de Manzano suelen ser explosivos, podemos hasta hacer apología del optimismo. Para ello habrá que mantener la solidez demostrada en casa y, muy especialmente, dar la talla en los encuentros a domicilio como el que nos enfrenta al Málaga. Es en estos partidos donde las carencias se hacen más evidentes. El reto de estar en la UEFA el próximo año nos obliga a mantener la concentración y la motivación en todos y cada uno de los minutos que nos quedan por jugar. Y, eso sí, que la suerte nos acompañe.