Antidopaje no deja solo a Manzano

Antidopaje no deja solo a Manzano

Ejemplar la reacción del Consejo Superior de Deportes (CSD), a través del presidente de la Comisión Nacional Antidopaje, Guillermo Jiménez. Ha sabido reaccionar en un tiempo récord. En cuestión de horas ha puesto en marcha una investigación para llegar hasta el fondo del asunto. Conviene decir que los actuales dirigentes del CSD están como el Gobierno, en funciones, y bien podían haber pasado la patata caliente a sus sucesores, pero Jiménez ha actuado en el ejercicio de sus responsabilidades. Ante la evidencia de que el doping azota el ciclismo, no podía perder ni un solo día. Los primeros en ser citados a declarar, Manzano y la Federación.

Se trata de saber quién está detrás de Manzano, del Kelme, del ciclismo, del deporte, de destapar las redes que envenenan a nuestros deportistas. De crear una comisión de investigación, al estilo de la Comisión Dubin que Canadá puso en marcha tras el escándalo protagonizado por Ben Johnson en los Juegos Olímpicos de Seúl. Fue una comisión de investigación, no punitiva, como pueda ser la de aquí mientras el doping no sea delito. La Comisión Dubin, con un total de 61 testimonios y 10.000 folios, no acabó con el doping, pero sí desenmascaró a cuantos hicieron de Johnson una cobaya y a cuantos se enriquecieron con unas prácticas fraudulentas.

Aquí, la Comisión Jiménez puede dejar pequeña a la Dubin. El calado de la investigación es mucho mayor, porque se presume que el entramado no afecta a un corredor, a un equipo, a un deporte y a un país, afecta a la circulación de fármacos, no ya dopantes, sino de uso restringido a los hospitales, al almacenamiento, quizá tráfico, de sangre, a médicos que ejercen como druidas, a una realidad atroz. Jiménez está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias. Gurpegui le ganó la partida, porque estamos en un Estado de Derecho, pero al fútbol le quitó los controles antidoping por tramposo. Ahora no va a dejar solo a Manzano. Va a llegar hasta el final.