Sobre listos y estadistas

Villar ya se ha apuntado al cambio. En los nuevos tiempos que corren, en los que el que más y el que menos tira de agenda electrónica a ver si no había borrado el número de aquel amigo socialista para recordarle que él siempre había sido de ZP, ha dado un giro de 360 grados en su política de elogios y ensalzamientos y, tras calificar de estadista al presidente saliente en un reciente editorial de la revista de la Federación, concede la insignia de oro y brillantes de esta real entidad a José Bono, candidato a ministro y (seguro que esto sólo es una casualidad) jefe de uno de los nombres que suenan para ocupar la Secretaría de Estado para el Deporte, Martín del Burgo.

Es cierto que el sentido de la oportunidad, y por tanto la aproximación al poder, es uno de los artes de la política, pero siempre y cuando el savoire faire del estadista de turno (lo que hace poco Villar llamaba a Aznar) lo haga con el debido sigilo y mesura. Lo contrario es oportunismo, y esto ya no forma parte del código de los hábiles, sino del de los listos o del de los desesperados. Y, tal y como están las cosas en la FEF, todo apunta más a lo segundo que a lo primero. Ahora al mundo del deporte no le toca ser original, sino esperar y recordar a Zapatero el grito de sus jóvenes militantes en Ferraz: "No nos falles". El balón sigue en La Moncloa.