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Esquí | Así la ve

Aprendió a esquiar con el colegio a los 9 años

María José Rienda, de 28 años, ha devuelto a España al podio mundial en el esquí alpino. La cercanía de su domicilio con la estación de Sierra Nevada le propició su contacto con la nieve. Lleva 14 años en la alta competición y ayer consiguió en Sestrieres su mayor triunfo.

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María José Rienda comenzó a esquiar relativamente tarde, a los nueve años, pese a que su domicilio familiar estaba en la mismísima estación invernal de Sierra Nevada, ya que sus padres son los porteros de un edificio de apartamentos. Hasta entonces tampoco había tenido la oportunidad de esquiar, ya que la falta de escuela en la estación les obligó a sus padres, Rafael y Rocío, a tomar la decisión de dejar internas tanto a María José como a su hermana Raquel, un año menor que ella, en un centro de Granada.

Cuando se abrió el colegio en el municipio de Monachil, María José tenía ya nueve años y nunca se había puesto unos esquís. Iba con bastantes años de desventaja respecto a las esquiadoras que hoy compartieron con ella podio en Sestrieres, pero el colegio Escuela Esquí de Sierra Nevada se lo puso algo menos difícil. "En lugar de clases de gimnasia nos llevaban tres veces por semana a las pistas. Al principio me caía, claro, como todo el mundo", recuerda Rienda. Dos años después, María José ya estaba compitiendo en la nieve.

Entre aquellos chiquillos que acudían a aprender a esquiar estaba el torero David Fandila, El Fandi. "Se le daba muy bien esquiar, pero él siempre tuvo claro que quería ser torero. Como era más pequeño, le perdí la pista, pero me alegro de que cumpliera su sueño".

María José comenzó a competir a un alto nivel con 14 años. De entonces recuerda con especial cariño su primer triunfo fuera de España, en Sella Nevea (Italia). Desde entonces ha llovido mucho y, sobre todo, ha viajado mucho. Antes lo hacía con su hermana Raquel, un año menor que ella e integrante también del equipo español -su otro hermano, Daniel, también se dedica al esquí- hasta hace dos años cuando se retiró por una lesión. "Viajo mucho, pero me encanta. Lo que no me gusta nada es hacer y deshacer las maletas", comenta.

Sin Raquel, ahora quien de vez en cuando le acompaña siempre que su trabajo se lo permite es Ángel, su marido, al que conoció hace ocho años y con el que lleva casada casi dos. "Ángel trabaja en una caja de ahorros, pero esquía como aficionado", cuenta.

Rienda reconoce que le queda poco tiempo para practicar otros deportes, aunque se confiesa seguidora del Betis por culpa de su médico, Tomás Calero, que también lo es de los verdiblancos. Sin embargo, asegura que ella le da "menos trabajo que los futbolistas". Si se entera Lopera, la ficha.