Rijkaard ríe, Antic llora

Según la teoría de Irureta, el Barça puede ser campeón. Si Jabo no descarta el título estando a diez puntos, tampoco lo debe hacer Rijkaard estando a once. Difícil en ambos casos. La incógnita está en saber qué o quién entró en el vestuario para dar vuelta a tanta insensatez. Uno de los beneficiados con el cambio blaugrana puede ser Iñaki Sáez. Veo mejor que nunca a Xavi. No es descartable convocar a Luis García, porque tiene gol con las dos piernas y es jugador de banda. Puyol ha olvidado la máscara y rinde igual de central que de lateral derecho o zurdo. Si Sáez quiere informes complementarios cara a la Eurocopa, que llame a Johan Cruyff.

Y el destino ha querido que Antic, que el pasado año peleaba por sacar del barro al Barça, se encuentre ahora más enfangado todavía en Vigo. Parece mentira que Radomir se haya metido él solito en la boca del lobo. Asumir el reto de levantar al Celta era una locura, viendo la descompensación de su plantilla, viendo el feo hecho a Lotina e intuyendo que el desastre en Liga no era sólo una mala racha. Ahora, como con el Oviedo o el Atlético, tiene que apechugar con el fantasma del descenso sin comerlo ni beberlo. No puede echarle la culpa a nadie, salvo a su deseo de trabajar en unas condiciones extremas. ¿Valiente o ingenuo? Digamos que un poco insensato.