Yo digo J. J. Santos

Mataron la polémica

J.J.Santos
Actualizado a

Noticias relacionadas

Hubiera sido terrible para el fútbol que el repeinado Muñiz Fernández se hiciera famosillo también por pitar un par de penaltis. Camino llevaba de ello hasta que Zidane debió pensar que eso era una burla para un deporte que él ama. Viendo lo que Zizou hizo ayer en Barcelona, creo que Florentino Pérez se ha quedado corto con la renovación. Asesinó alevosa y premeditadamente el absurdo debate planteado en torno a un mal necesario como es el del árbitro. Se lo cargó con arte, con maravillosos controles, con pases de cuarenta metros, con taconazos, con visión de juego. Tantas cosas geniales hizo que, a medida que pasaban los minutos, nos sonaban ya a chino las explicaciones de Díaz Vega para defender a los árbitros o la locuacidad de Iturralde González o la cara de pena de Tristante Oliva tras una semanita de aúpa. Pero, ¿estamos locos? ¿Deben ser ellos los protagonistas?

Si lo de Muñiz Fernández y sus penaltis quedaron en anécdota tras el recital del francés, lo de las bromitas con el sobrepeso de Ronaldo y su pereza, también deberían pasar a mejor vida. Lo digo porque ayer, caminando como otros días, sonriendo de la misma forma, aislándose del mismo modo, enchufó dos goles y sirvió en bandeja otro. ¿Es serio que hablemos de cuánto peso da en la báscula cuando ya lleva 21 goles en Liga? Ni lo es ni resulta respetuoso para un futbolista que en el futuro servirá de ejemplo para aquellos que tengan la desgracia de padecer lesiones graves. Ronaldo es único, por goleador, por espectacular y por ejemplo de superación, pero nunca por gordo. Lo digo porque la bromita ya llega incluso a los aficionados propios, que hacen exhibición de ello en las gradas.

Te recomendamos en Polideportivo