El anuncio perfecto

Se rodaba con público y así miles de peruanos se dejaron parte del jornal para disfrutar con su papel de sparring. Se rodaba en la mítica montaña olímpica, donde un día bañamos de oro el deporte español. Se estrenaba camiseta y balón, todo muy mono. Incluso estrenábamos pareja en el centro del campo con Baraja y Xabi Alonso. Aunque el anuncio prometía, había cosas que ya están muy vistas. El esquema táctico favorito de los entrenadores con un punta, la incompatibilidad manifiesta de Raúl y Valerón, el exilio obligado de Puyol en la izquierda y la foto de Joaquín en el banquillo. Ah, tampoco cambiaba la gorra del seleccionador ni la composición del palco de autoridades. Hay señas de identidad que no debemos perder, ¿verdad, señores Sáez y Villar?

Lo que no estaba en el guión es que Perú nos diera un repasito en media hora. Menos mal que durante tres minutos debieron pensar que si seguían así no cobraban y los nuestros volvieron a ser los protagonistas. Suficiente para realizar cuatro tomas buenas y cambiar de actores en el descanso. Eso también se repite siempre en este tipo de spots, donde lo principal es hacer caja y no molestar a los que te prestan a los artistas. La próxima semana hay Champions y si surge un percance en una pachanga, ya la tenemos montada. Loable la paciencia del público, que no recibe el bocata de rodaje ni las indicaciones del regidor. Cuestión de echarle ganas. En el cartel, para disimular, ponía que el evento servía de ensayo para la película que viviremos en junio en Portugal. No se lo crean. Pura propaganda.