Desde estas páginas hemos venido avisando de que había que prestar atención al nuevo equipo español, el Saunier Duval. Y volvemos a insistir. Lejos del campanazo que dio Fran Ventoso en la primera etapa del Tour de Qatar, el triunfo que ayer logró Juan Carlos Domínguez en el Alto de la Virgen de la Sierra (Cabra) fue todo un diseño estratégico del joven director Joseán Fernández Matxin. Las piezas de su equipo se movieron en la carretera según se dibujó en la pizarra para lograr un implacable jaque mate.

La jugada la inició un peón, Fran Ventoso, que anduvo fugado 120 km con el belga Marichal, provocando el desgaste del Kelme, Illes Balears y Euskaltel. Atrapado Ventoso, poco antes de iniciarse la subida (7,2 km con 6,65% de desnivel medio), llegó el momento de los alfiles. Chepín González quebró el pelotón y Joaquín Rodríguez, el grupo de favoritos.

Con Joaquín resistieron Carlos García Quesada, Aitor Osa y Samuel Sánchez; tras ellos, Gómez Marchante (Paternina) y, a su rueda, Domínguez. Cuando estos alcanzaron a los cuatro de cabeza (a 3 km de meta) fue el turno de la reina. Domínguez saltó como una bala y venció. Los segundos que obtuvo pueden ser suficientes si su equipo sabe controlar al pelotón.

Mala suerte para García Quesada, que estuvo enorme en la ascensión. Pero le pudo la ansiedad de saberse favorito y le faltó sangre fría. Respondió a todos los ataques y lo pagó.

Un equipo joven con un líder veterano. Domínguez ha ganado ya nueve pequeñas vueltas por etapas, de tres en tres y en años impares: Setmana Catalana, Murcia y Valencia, en 1997; Aragón, Asturias y La Rioja, en 1999; y otra vez Aragón y Asturias, más Bicicleta Vasca, en 2001. Como su mejor triunfo (prólogo del Giro de Italia 2002 y maglia rosa), la mayoría de ellas las ató gracias a las contrarreloj, pero esta vez ha decidido en una montaña.