Fecha de caducidad
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Igual Queiroz ve mucho Crónicas Marcianas, el caso es que ayer le dio por lo de: raro, raro, raro. Quejarse del calendario a estas alturas suena raro, raro, raro. Se conoce desde el pasado verano. El portugués es un privilegiado que se sienta en un banquillo por el que muchos pagarían. Pasará a la historia haga lo que haga, mejor dicho, por lo que hagan unos jugadores que podrían ser la selección mundial. Es un discurso repetido y cansino. Es la servidumbre de los grandes. Aquí y en Inglaterra, en Italia o en Alemania. Sorprende la justificación cuando el equipo ha remontado el vuelo tras las pasadas vacaciones. El agobio llega porque las lesiones y las indisposiciones se acentúan cuando el compromiso es cada tres días. Ayer Ronaldo, hoy Beckham... hay que cuidar la fecha de caducidad de las conservas.
El que esté libre de una gastroenteritis, que tire la primera piedra pero, sorprende que en la misma semana se den dos casos. ¿Se cuida en los equipos de élite la dietética de sus futbolistas? ¿Se exige que cumplan con un plan de alimentación? Suponemos que sí. Aunque claro, los bichitos pueden estar en cualquier sitio. En fin, que en esas estamos, cuando se ventila todo en el trimestre decisivo. Esas raras indisposiciones deben ser las que ponen nervioso a Queiroz, pausado donde los haya pero un pelín histérico en la previa del partido. Nada, tranquilidad y buenos alimentos.
