Yo digo Vicente Carreño

El Calderón se lo merecía

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La final de la Champions de 2005 ha pasado de largo y no ha querido detenerse en el estadio Vicente Calderón. Mal hecho. Era una ocasión ideal para premiar a este club ya centenario. Y de paso a una afición excepcional. Pero en la UEFA han preferido marcharse con sus trastos y su Champions League a Estambul. Allá ellos. Lo que lamentamos es que al Calderón le hayan faltado los padrinos necesarios para conseguir su objetivo. Tanta influencia internacional de la que presumen nuestros dirigentes no ha servido para nada. Tampoco nos extraña porque Villar y su gente andan más preocupado por sus conflictos en los Juzgados y por las cuentas de sus viajes que por apoyar una candidatura española.

El Calderón contaba con todos los requisitos necesarios para acoger la final, porque el Atlético puede presumir de un estadio que está calificado como cinco estrellas. Y la historia del club en Europa está ahí para quien la quiera mirar. Si en las vitrinas del club no está la Copa de Europa la culpa hay que achacársela a aquel alemán de nombre indescifrable y a la suerte que le permitió batir a Reina cuando ya el Bayern se veía perdido. A la UEFA le ha faltado sensibilidad con el Centenario atlético y con el Calderón. Turquía y sus estadios, que no son precisamente ejemplos de deportividad y de fair-play, podían seguir esperando su oportunidad. El Calderón se merecía la final de la Champions 2005.

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