Yo digo J.J. Santos

Una visita al médico

J.J.Santos
Actualizado a

Noticias relacionadas

Nunca unas décimas de fiebre de un jugador trastornaron tanto a un equipo. Se levantó de la siesta malito Ronaldo y provocó una cascada de bajas. La suya propia, la de Portillo al ver que no rasca bola ni cuando no está el brasileño, y en menor medida la de los otros once, que salieron medio congestionados. La jaqueca de Queiroz debía ser impresionante.

Tal era el desvarío que Zidane jugaba de Raúl, Raúl de Ronaldo y Solari de Zidane. Pablo Alfaro miraba y no se lo creía. ¿Y para eso tanto diagnóstico previo, Sr. Doctor? Tan extendido estaba el virus de Ronaldo que ni el Sevilla parecía el Sevilla. El Madrid encontró su espacio tras el descanso. Como el partido no estaba para nadie y el público no paraba de hablar del ausente, dos latigazos secos y fulminantes fueron suficientes para tumbar al rival. El Madrid depende mucho de Ronaldo pero puede aniquilar con tres movimientos del resto. Una lección que suponíamos aprendida por Caparrós. ¿Qué me pasa Sr. Doctor? Y Alfaro no supo qué responder.

Te recomendamos en Polideportivo