El deseo de Florentino

Antes de jugar la ida contra el Valencia, la semana pasada, un buen amigo de Florentino le recomendó que subiera la prima de cinco millones de pesetas por barba por ganar la Copa si quería ver cumplido su sueño. ¡Mal pensado! De cualquier modo, los antecedentes de temporadas anteriores y los recientes sufrimientos ante Leganés y Éibar no presagiaban nada bueno. Pero es como todo, cuando ya estás casi al final, cuesta lo mismo ganarla que perderla. Eso han debido pensar. Concentrados y jugando en equipo. Esa fórmula sencilla bastó en Mestalla durante el primer cuarto de hora para eliminar sustos. Carlos Queiroz ha logrado, por fin, que el equipo juegue como equipo. Transformación súbita la que contemplamos en las dos últimas semanas. Parece que la disciplina del equipo de Rafa Benítez se ha contagiado. Igual acaban agradeciendo esta eliminatoria.

Una vez escamoteada la incertidumbre con el tempranero gol de Raúl, anoche se perfilaron detalles dignos de reseñar. Aunque fuera la primera vez que actuaban juntos, pinta bien el tándem de Helguera y Mejía en defensa. El recién llegado sigue exhibiendo desparpajo. Raúl contesta con concentración y goles al gallinero que vive de difundir rumores sobre la vida privada de los demás. Guti asimila el trabajo sucio que hay que realizar en el centro del campo. Sobró el hostigamiento a Figo, picado desde el encuentro del Santiago Bernabéu, aunque la pitada de David Navarro a su rodilla le pudo mandar al hospital. Y por encima de todo, la actitud del Real Madrid. Después de lo visto ayer, en la foto de la final, además del Rey y Florentino Pérez, parece que también hay otros interesados en salir.