Yo digo J.J. Santos

Perdió la pizarra

J.J.Santos
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Me imagino a un japonés ayer noche en la grada del Santiago Bernabéu preguntando a su vecino qué era eso de: "Sí, sí, sí, nos vamos a París". Pues eso es rivalidad pura y dura, adecentada con grandes partidos y títulos en juego en los últimos años. El aficionado madridista recurrió a meter el dedo en la herida de la Champions League que perdió el Valencia en París porque no las tenía todas consigo. Vamos, que acudió asustadillo al estadio. Igual que los valencianistas recurren a la rechifla cuando juega Beckham, por aquello de haberle sobado el morro cuando jugaba en el Manchester United. Son partidos eléctricos, poco vistosos y donde el factor lesiones se acusa menos. En otro caso, la ausencia de Zidane hubiera sido definitiva. Ni siquiera se notaban las presuntas ganas de liberarse de la Copa del Rey de los galácticos, según sincera y poco afortunada aseveración de Jorge Valdano en la víspera.

Partido trabado, partido empatado o con diferencia mínima. No está escrito pero se cumple casi siempre, menos en la noche de ayer. Encuentros que dejan con buen sabor de boca a los entrenadores estudiosos y maniáticos de la pizarra, menos ayer a Rafa Benítez. Sólo se descontrolan cuando los jugadores de carácter arremeten contra el colegiado (Medina Cantalejo estuvo bien salvo el patinazo del penalti). Y el público participa, chillando más que nunca. Tanto control, tanto control que acabamos olvidando darle el balón a Aimar, algo que no ocurrió con Raúl y Ronaldo. Sobraron las dos expulsiones y sobró algún gesto de poco compañerismo. Vamos, que pese a la goleada, está servida la revancha y hay leña suficiente para calentar el caldero. Lo comprobarán en una semana.

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